Y finalmente se levantó el telón de Gran Hermano. Con la expectativa como motor comenzó a rodar la nueva edición del reality y ya se conocieron las historias de sus participantes, entre la que se destaca la de Juan Reverdito y su peculiar característica de ser abuelo a los 42 años.
Envuelto en lágrimas, así se presentó este hombre en la descripción, conmovido hasta el llanto a la hora de describir algunos hitos de su vida, principalmente por lo que atravesó en la adolescencia al convertirse en padre a los 17 años y bancarse la crianza en soledad de su hijo mayor.
Ese giro del destino le abrió las puertas a otra particularidad impresionante, la de disfrutar del abuelazgo a los 39 años, nada más y nada menos. Todo esos acontecimientos lo transformaron en un luchador, que persigue como sueño poder adquirir un vehículo propio para seguir con su oficio de taxista.
Juan no dudó en contar todo lo que transitó y lo transformó en este padre batallador y con la mirada en la cámara narró: “Yo la viví, la luché, la sigo luchando, tengo calle, tengo barrio. Tengo 42, soy taxista, tengo dos hijos y un nieto de tres años y soy abuelo que es lo más hermoso que le puede pasar a alguien”.
Respecto a esas encrucijadas que le brotaron en el sendero y que lo pusieron a prueba, Reverdito manifestó: “Tuve un hijo a los 17, prácticamente lo crié solo, la mama se borró a los dos años”. Y como si fuese poco se enfrentó a penurias: “Llegamos a vivir en un auto porque no teníamos a donde ir”.
Una vez en el piso del estudio y con Santiago del Moro a su lado, Juan se volvió a quebrar al dirigirse directamente a su hijo menor. “Dejame mandar un mensaje a Felipe que tengo un super héroe favorito, lo hago por vos estar acá”. Además le habló a su otro heredero, que se encuentra miles de kilómetros: “A mi hijo mayor, que está en España, te amo con toda mi alma, si estoy de pie es por vos. Mandale un beso enorme a mi nieto que lo extraño horrores, pero ya nos vamos a ver. Te amo”, detalló.
Su cotidianidad se configura con el esfuerzo, la entrega diaria al esfuerzo, por eso no sorprendió que el participante reconociera que su meta se vincula con un hecho más palpable, lejos de la fama y la grandilocuencia. "Quiero mi auto para seguir laburando, ese es mi objetivo", confesó.
