A los 26 años, la rubia está entrenada. Y no sólo lo está su espectacular físico. Sol Pérez tiene en forma su carácter y su temperamento contra el machismo y los haters. Porque puede enfrentarse a quien sea y discutir lo que a ella le parezca justo. Nada la detiene, ni quien tiene enfrente, ni su edad ni el tiempo que hace que irrumpió en el medio.
De hecho, es cierto que apareció en el mundo del espectáculo como La chica del clima, de TyC Sports, y que su fama creció mientras crecía su número de seguidores en Instagram, donde abundan sus sensuales posteos.
Pero con el tiempo, ella mostró carisma, genio e inteligencia. Y así logró escalar hasta conseguir hacerse de la conducción del programa Tarde pero temprano, junto al actor Diego Ramos; la del ciclo Gossip, junto al periodista Luis Piñeyro; y hasta hacerse un lugar en el panel de Incorrectas, magazine que lidera Mariano Iúdica.
Sin embargo, aunque su carrera va en ascenso y también aumentan sus seguidores (tiene 4 millones 500 mil en Instagram), también aumentan sus haters (odiadores). Sí señora, así como está acostumbrada a recibir halagos, Sol también sabe más que nadie de crueles críticas.
Que la ropa que elige no es la más adecuada, que las fotos que se saca son exageradas, si se muestra de frente o lo hace de espaldas, que la bikini o la minifalda...en fin, siempre encuentra alguien que la critica sin miramientos.
Y sus enfrentamientos no son sólo con desconocidos. Además, Sol Pérez en su cruza contra el machismo se trenzó con mucha altura con el economista Javier Milei, caso que ella llevó a la justicia donde lo demandó por daños perjuicios. Jorge Lanata, quien dijo que en un aeropuerto al llenar un formulario en profesión Sol ponía culo, fue otro de sus contrincantes. Ella lo tildó de “machista asqueroso” y llamó “pajero” a David Kavlin, quien aseguró que a una mujer que exhibe su cuerpo no se le pone atención a lo que dice.
El último escándalo la señala como tercera en discordia en la separación del productor teatral Guillermo Marín y la bailarina Valeria Archimó. Pero ella lo negó y se defendió. Sí, en cada contienda, la salvaron su carácter y su autoestima, esos que la llevaron a estar donde se encuentra hoy.
