Federico Manzana Farías abrió su corazón y se emocionó al borde de las lágrimas al hablar de su mamá, el gran sostén de su vida. El jugador recordó cómo fue su dura infancia, tras la muerte de su papá. Sus compañeros de Gran Hermano lo escucharon con atención en la cena con Santiago Del Moro.
"Hablo mucho de mi mamá, se llama Teresa... A mi abuela y a mi abuelo los he perdido de chiquito. Y a mi papá lo he perdido a los 16 años. O sea, viví la muerte de mis familiares de chico", comenzó Manzana a recordar.
"Yo sé que para cualquier chico que vive esas cosas es duro. Vivir todas esas cosas de chico me dio la fortaleza que tengo hoy. Sobre todo por mi mamá que ella es igual o más fuerte que yo", definió Federico al comparar su temperamento con el de la mujer a la que ama y que le dio la vida.
"Vivir todas esas pérdidas y seguir cuidando de sus hijos, queda demostrado la mujer que es. Trabajaba 12 horas, 14 horas, era podóloga. Estaba todo el día afuera, esa es la realidad", se sinceró Manzana con la voz entrecortada y sin poder evitar el llanto.
MANZANA A FLOR DE PIEL LLORO EN GRAN HERMANO
"Nunca nos faltó nada, esa es la verdad. Trabajaba de lunes a domingos. A veces yo, como era chiquito, quería que vuelva o la llamaba... Se hacían las 8 de la noche, ella no venía y me costaba", rememoró Federico, sobre lo que vivió en los primeros años de su vida, en su Tucumán natal.
"Imagínate, de chico, no saber si iba a venir tu mamá... Yo estaba solo con mi hermano en la casa y, cuando ella abría la puerta, era my fuerte porque sabíamos que venía a la casa a estar con nosotros. Así fue por mucho tiempo..." .