Sonriente, graciosa, divertida, Dani La Chepi se las ingenia para construir momentos agradables en sus intervenciones en redes sociales y ahora en MasterChef. La comediante atraviesa una etapa de masividad absoluta con su incursión en el reality.
Los focos la apuntan con mayor frecuencia, por eso brotan a la luz situaciones de su vida cotidiana, así se habló mucho de su noviazgo con Javier Cardone , y esa particular historia romántica que nació en plena cuarentena estricta.
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En ese campo de surcar por experiencias personales, Dani visitó el piso de PH y se animó a compartir un aspecto disímil, que se vincula con los sentimientos más profundos que se le despertaron en el momento de comprar su primera casa.
Sumida en un estado anímico movilizante, La Chepi recordó: “Lloré cuando hace muy poco tiempo logré comprar una casita destrozada, detonada, pero es mía. Lloré cuando logramos después de llamar a tres cerrajeros porque no abría la puerta, los de la inmobiliaria divinos, era Ángel de Brito el de la inmobiliaria”.
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En ese raid, la humorista se animó a describir lo que sucedió al ingresar al hogar con su pequeña hija: “Cuando abrí la puerta e Isabella entró, la inundé de lágrimas. Lloré de felicidad, de imaginar a mi viejo ahí, todo lo que uno quiere que pase que la familia esté unida, que no lo está por diferentes motivos”.
En definitiva, Dani no solo disfruta de las mieles de su trabajo más importante con su tránsito por MasterChef, sino que valora y se emociona con cada uno de los pasos que da en su vida personal.
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