El cimbronazo mediático continúa desestabilizando las estructuras. Esto recién comienza y augura una enorme gama de ramificaciones. La ruptura ruidosa de la pareja de Wanda Nara y Mauro Icardi alimenta cientos de miles de comentarios en las redes sociales y millones de artículos en la prensa.
El escándalo se viralizó el sábado, a partir de la exposición de la problemática íntima que llevó a cabo Wanda, quien saltó a Instagram para gritar y “denunciar” a una tercera mujer en discordia. Con una mensaje muy fuerte: “¡Otra familia más que te cargaste por zorra!”. Acto inmediato dejó de seguir a Mauro, así como eliminó todas las fotos con el delantero de su Instagram.
Con el correr de las horas todo adquirió más claridad, ya que Nara le escribió a la administradora de Chismeker y confirmó: “Me separé”. Como si fuese poco todo esto embrollo, los cañones apuntaron a la China Suárez como la amante de Icardi, probablemente por el sospechoso unfollow de Wanda a la ex de Vicuña.
En esa tormenta de ruido, de repercusión, María Eugenia adoptó una postura peculiar en sus redes sociales, que se vincula con hacer caso omiso a las presunciones de ser la “culpable” de romper el matrimonio de Nara e Icardi. Incluso, la actriz se mostró totalmente divertida y disfrutando a pleno su reciente soltería.
¿Qué hizo? La China posteó una noche muy intensa de sábado, la que compartió con la actriz española Maitane San Nicolás en la intimidad de un departamento, que estaba decorado con luces y un equipo de música. Así, Suárez se lanzó a bailar en ese entorno, en el que se perciben a varios hombres.
De esta manera, mientras todo el mundo analiza sus pasos digitales para tratar de corroborar la teoría de haber protagonizado un affaire con Icardi, María Eugenia se mostró de fiesta. Además, en otro de los posteos demostró cómo celebró el Día de la Madre en Madrid, junto a su mamá y caminando por las calles con sus hijas Magnolia y Rufina.