Luego de haber estado al frente de Sex en Buenos Aires durante toda la pandemia, el actor se instaló en Villa Carlos Paz para hacer temporada con la exitosa y transgresora obra dirigida por José María Muscari. Luego de varias postergaciones por contactos estrechos de Covid, finalmente pudo estrenar y feliz por ello, el galán habló de su presente laboral… y sentimental.
Mientras respira el aire de las sierras en compañía de su pareja Mauro, y revela la estricta rutina de entrenamiento que lleva adelante para mantenerse en forma y poder verse bien en el escenario, Diego Ramos contó cómo vive el hecho de una relación a distancia ya que él deberá estar todo el verano en Córdoba mentiras que su novio tendrá que regresar para cumplir con sus compromisos.
“El vino a verme un par de veces. ¿Qué me dijo? En realidad él conoce la otra versión, vio las diferencias y comparó y le gustó mucho. ¿Celoso? No. Considero que a todos nos desea todo el mundo. Me parece que forma parte de una fantasía”, comenzó el actor.
Y siguió: “Es mi laburo y realmente no hay nada de otra índole. Quizás en Buenos Aires si, porque lo que pasa en Sex es que nos vamos desnudando y desafiando todo el tiempo. Y todo nos va pareciendo poco. Llegó un momento en que no tenía nada más para sacarme y me dijo: no sé si esa parte donde mostrabas… era necesario”.
Si bien aún Mauro sigue en la Villa, Diego confesó en diálogo con Implacables como es cuando se separan y tiene que seguir la relación a distancia, al menos, con las idas y vueltas que requiere el hecho de estar haciendo temporada hasta marzo.
"Soy una persona dependiente en cuanto al llamado, al contar, insoportable. Yo te hablo todo el día, mando mensaje y la cotidianidad me gusta", reconoció el actor.
“Está acá por unos días. Lo manejamos bien. Somos bastante independientes dentro de la relación y yo soy una persona dependiente en cuanto al llamado, al contar, insoportable. Yo te hablo todo el día, mando mensaje todo el día y la cotidianidad me gusta mucho”, reconoció Ramos.
Finalmente, en cuanto a su vida amorosa, y lejos de ser una persona demandante, Diego manifestó: “No soy de la necesidad de estar pegote, las 24 horas pegados y si nos separamos me vuelvo loco".