Pampita y Roberto García Moritán celebraron sus dos años de casados. Luego de una polémica y larga relación con Benjamín Vicuña, quien es el padre de sus hijos mayores, la modelo al fin encontró el amor verdadero en los brazos del empresario y ahora político. Sin embargo, borrar las huellas del pasado no es fácil para la madre de Ana.
Pampita pasó por mucho, desde siempre. Apodos denigrantes cuando inició su carrera como modelo, una infidelidad que la llevó a que la tildaran de loca y luego el paso del tiempo le dio la razón, múltiples cruces con diferentes famosos, la perdida de su única hija mujer y la primera de todos sus hijos. La vida, jamás fue fácil para la mediática.
Conocer a Moritán fue una especie de salvavidas que Pampita logró agarrar entre las olas que la hundían. El empresario la agasaja constantemente, la trata como reina, le dio el mejor regalo de todos: una hermosa hija llamada Ana, esa niña que llegó para sacarle el dolor que acumuló de tantos años con el paso del tiempo.
En honor a sus dos años de casados, Robert, como le dice la modelo, la llevó engañada a un lujoso viñedo de Mendoza donde la esperó con un almuerzo campestre para celebrar su unión. Obvio, Anita también fue parte del festejo de la tierna pareja. Emocionada ante tal sorpresa, Pampita no pudo contener las lágrimas y se aferró aún más a su marido.
Un día hermoso pasaron en Mendoza, la tierra del sol y el buen vino. Una de las provincias más hermosas de Argentina. Entre risas y lágrimas de felicidad, Pampita se dio cuenta que nunca antes había tenido a un hombre que la amara tanto a su lado. Pero todo se vino abajo cuando sus seguidores la criticaron por un detalle de Anita.
Los internautas tildaron a la pareja de irresponsables e inhumanos por no colocarle un sombrero a la bebé que se encontraba junto a ellos bajo los intensos y dañinos rayos del sol. Aún así, ni Pampita ni García Moritán salieron a decir algo al respecto. Seguro no se olvidaron de ese detalle y solo fue para las fotos porque ella es una madraza.