Cerca de los lagos de Palermo, en una zona muy tranquila, que ostenta un mix entre casonas muy coquetas con emprendimientos fabriles, en ese barrio se eleva la residencia de Héctor García, el creador del emporio Crónica, que falleció en junio de 2019.
En esa propiedad imponente, de una extensión muy generosa, vive Anabela Ascar, la afamada conductora de Crónica TV, que fue pareja del empresario, durante más de diez años, y con quien firmó una unión civil. La rubia continúa residiendo en ese espacio, aunque afronta feroces peleas judiciales, dado que la hija de García, María Elena considera que no es heredera.
La Justicia le otorgó la posibilidad a la periodista a mantenerse en esa mansión por un plazo de dos años desde la muerte de García, que se está por vencer en estos días. Así se abre el escenario para dilucidar cómo se resolverá todo este embrollo.
En Intrusos abordaron el tema y pusieron el foco en el silencio tremendo de Ascar, que no aparece, ni siquiera los vecinos la ven por el barrio. Así como detallaron la pelea por la herencia del empresario, que incluye otros bienes lujosos y también deudas onerosas.
En el ciclo de América, Adrián Pallares abordó el tema y pormenorizó: “La Justicia dictaminó que su hija es la heredera de todo. Como Anabella estuvo los últimos años con él, le otorgaron dos años de gracia, que se cumplen en estos días. Lo concreto es que nadie sabe el paradero de Ascar”.
Luego, Evelyn Von Brocke tomó la posta y se lanzó a precisar cómo viene el trámite de la herencia de la fortuna de García. “Anabella tenía acceso a cuentas de él. Todavía queda en la sucesión el departamento de la calle Guido, que ya se vendió y una cuenta en Estados Unidos, que está a nombre de un testaferro y que hay que hacerse cargo del efectivo. Además dos autos de alta gama y una deuda por siete juicios laborales”, explicó.
Paula Varela también intercedió para emitir una lectura que late en muchas voces, que refiere al estado de esa casona: “Me extraña mucho que hay un enorme hermetismo alrededor de Anabella. Cuando se abra esa casa hay que ver con qué nos encontraremos”.
Y en esa línea, Pallares agregó un dato fortísimo: “Alguien que la vio hace poco me dijo que si la cruzamos a Ascar no la reconoceríamos”.
Lo concreto es que la propiedad es el principal elemento de puja entre Anabella y la hija de García. Una mansión que a partir del tamaño, las comodidades, el espacio verde y la zona residencial, los estudios aseguran tiene una valuación de un millón de dólares. Probablemente por eso la hija de García desea con mucho ahínco lograr la tenencia de la propiedad.