Cada movimiento, cualquier detalle, todos los posteos. Todo, pero todo lo que concierne a la China Suárez se transforma en material de interés, de relevancia, a partir de la magnitud que ha tornado su figura tras la infidelidad que cometió con Mauro Icardi y que desató el Wandagate.
María Eugenia está auscultada por la opinión pública, aunque ella se empecine en desenvolverse con naturalidad, como si nada hubiese pasado, como si no hubiese viajado a París a entrelazarse entre sábanas con el delantero ni tampoco hubiese construido una relación digital de beboteo durante meses con el marido de Wanda Nara.
Por eso, la China intenta exhibirse con total normalidad, así llena de contenidos sus redes sociales de situaciones fastuosas como su viaje a Europa o la reciente estadía en Jujuy. Justamente en el norte del país sufrió una caída de una moto y se raspó un poquito el muslo.
Esa herida fue el codigo de activación para una ironía picante de Ángel de Brito. El conductor abrió LAM anticipando el errático comportamiento de Suárez: “Nos vamos a meter con el Wandagate, Maite estuvo con la China re buena onda, una onda arrasadadora”.
Después abordó la circunstancia del accidente en dos ruedas de la China y tiró un comentario muy filoso, que refiere a una especie de karma o a una influencia desde lejos de dos figuras: “Estamos viendo las historias que subió la China andando en moto que es parte de la pelicula y despues las imágenes de ella lastimada. Se hizo pelota, pobre. El deseo de Wanda le llegó o el de Pampita o no se. De una de las dos”.
¿Tendrá razón Ángel? ¿Habrá sido una maniobra de Wanda o de Pampita? Probablemente ambas se hayan alegrado un poquito por ese tropiezo de la China.
