Julián Weich supo ser uno de los conductores más importantes de la historia de la televisión argentina, sin embargo, siempre intentó mantener su privacidad lo más protegida posible, en especial en lo que respecta a su familia. Por eso, muchos no conocen a Iara, su hija, quien fundó Bunker, una marca de ropa muy particular junto a una de sus amigas.
Lo que comenzó como una tienda de segunda mano en un monoambiente de Colegiales, ahora se ha convertido en una influencia que promueve las "Segundas Oportunidades" en la vida de sus seguidores. Julieta Alalu e Iara Weich, las visionarias detrás de Bunker, han tomado esta perspectiva y la han convertido en el corazón de su emprendimiento.
La historia de Bunker se remonta a 2016, cuando Julieta recibió una valija repleta de ropa en perfecto estado de su tía. La belleza de estas prendas la inspiró a organizar una feria de ventas, que resultó ser un rotundo éxito.
Así nació Bunker en el barrio de Colegiales, y poco después, Iara Weich se unió al proyecto, marcando el inicio de una sociedad que haría crecer esta marca de indumentaria que abraza la moda circular.
La selección de prendas en Bunker es un proceso cargado de amor y dedicación. Cada ítem que entra en la tienda es meticulosamente evaluado para asegurar que quien lo compre lo sienta como nuevo.
Más allá de la moda, Bunker busca marcar un impacto positivo en el mundo, otorgándole "una segunda oportunidad al medioambiente" y fomentando un enfoque sustentable y respetuoso con los recursos.
Julieta e Iara Weich no solo se dedican a vender ropa; su visión va más allá. Hace un tiempo, junto a la agencia LUGO, lanzaron una campaña que invita al público a compartir sus propias "Segundas Oportunidades". Esta iniciativa destaca historias de superación y resiliencia, protagonizadas por individuos que experimentaron transformaciones significativas en sus vidas.
Tatiana, entrenadora de Ave Fénix y jugadora de "Espartanas", encontró en el rugby una nueva perspectiva en la vida. Manuel superó sus problemas de adicción y ahora disfruta de la paternidad. Incluso Bunki, un perrito callejero, encontró una familia amorosa.
A través de las redes sociales, Bunker alienta a su comunidad a compartir sus propias #SegundasOportunidades, destacando la filosofía de que tanto en la moda como en la vida, todos merecemos una segunda chance. La marca cree en la resiliencia y en la capacidad de renacer, valores que están arraigados en su esencia.
En lugar de buscar la comodidad en los medios, la hija de Julián Weich se embarcó en la aventura de Bunker junto a su amiga Julieta. Con su enfoque en la moda sustentable y circular, Iara ha encontrado su verdadera pasión, dejando una marca indeleble en el mundo de la moda y demostrando que las segundas oportunidades pueden conducir a caminos inesperados y exitosos.
Estudió medicina, administración de empresas y trabajó en una empresa de publicidad, hasta que se dio cuenta que soñaba con crear Bunker: “Mi viejo me alentó a cambiar porque sabía que yo ya no brillaba en donde estaba. En ese sentido, mis papás siempre me incentivaron a que fuera feliz, incluso cuando no sabía qué era lo que me hacía feliz".
"Me empujaban a hacer mi propia búsqueda, a que con tiempo encontrara mi camino. Eso sí, aunque estuviera perdida, igual tenía que trabajar. En mi familia nunca existió eso de quedarse en casa todo el día sin hacer nada”, contó hace un tiempo la hija de Julián Weich en una entrevista.
Así, Bunker se erige como un faro de moda sustentable y segundas oportunidades, uniendo historias de vida diversas bajo una misma premisa: todos merecemos una nueva chance, ya sea en la ropa que usamos o en los senderos que elegimos recorrer.