El corazón se le hizo agujeritos a Silvina Escudero hace un año, sintió como se le desgarraban las fibras por semejante viraje en su vida. La partida de Vanina Escudero a Uruguay, con sus dos hijos, le originó un dolor profundo.
La bailarina no pudo ocultar la angustia de alejarse de su familia, de la distancia que la interpone con esas almas que le iluminan sus días. Incluso se animó a bramar en televisión la bronca por la determinación que adoptó Vanina y Álvaro Navia de cruzar el charco.
El tiempo transcurrió, en el medio la rubia visitó Buenos Aires y lamentablemente cayó en los influjos negativos de una complicación de salud, que la sumió en una internación importante. Ahí estuvo Silvina, firme junto a su hermana, bancando la parada.
Ahora, por fin se pudo dar el gusto de viajar y conocer la casa de Vanina, disfrutar de sus sobrinos y no lo dejó pasar desapercibido, ya que armó un reality de ese fin de semana en Uruguay, con decenas de fotos en diversas situaciones, ya sea en el jardín de la propiedad de su hermana, como en la playa.
Además del material audiovisual, Escudero armó un texto en su Instagram para detallar el paso a paso de esta experiencia movilizadora en lo emocional. “Por fin pude conocer dónde vive mi hermana, un lugar hermoso. Fui a buscar a mis sobris al cole. Conocí a mi sobrina uruguaya, Frida (no llegamos a entrar tanto en confianza). Acompañé a Beni a jugar al fútbol, jugué con él (me paseó por toda la cancha)", publicó Silvina.
En la continuidad del relato explicó las actividades que desarrolló: "Fui con Puchi a su clase de tela; tiene el arte en la sangre. Fui a conocer San José (el pueblo de donde es mi cuñado) y lo escuchamos cantar. Fuimos a la playa, a la plaza, hicimos noche de pelis, comimos helado, los agoté de besos y abrazos".
Y para culminar, Silvina armó un balance de todo lo que vibró en su interior con este viaje, con este reencuentro: "Cantamos. Sacamos fotos. Jugamos, jugamos, jugamos. Los llevé bien tempranito al cole. En fin, exprimimos el fin de semana".