Prometido era deuda. La Tora cumplió con lo que había anunciado días atrás. "Si vuelvo a Gran Hermano entro con un Rosario colgando para vengarme de Coti". Dicho y hecho. Palabra dicha, palabra cumplida.
Lucila Villar regresó a la casa más famosa del mundo en el tercer puesto del repechaje, después de Daniela y de Agustín, gracias a la expulsión de Juliana, quien filtró información de lo que sucedía afuera del reality show.
La Tora atravesó la puerta que divide el encierro de la vida misma y lo hizo con el símbolo religioso cristiano en su cuello. Se abrazó con sus compañeros "favortios", entre ellos Romina, Nacho y Alfa y siguió su recorrido.
Y al momento de enfrentarse a Coti, a quien considera una enemiga, lo hizo con el crucifijo a simple vista, en especial dedicatoria a la jugadora que se la suele ver hablando de su elección religiosa y de su acercamiento a la fe.
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En más de una oportunidad, Coti contó en GH que se aferraba y que le rezaba a su rosario cuando quería que algún objetivo se le cumpliera adentro de la competencia incluso que se vayan los participantes que ahora regresaron.
La Tora y Coti se saludaron con un abrazo aunque los rostros de una y de las otra evidenciaban distintas emociones. Lucila estaba feliz de volver a enfrentarse con la novia de El Conejo y Coti, muy por el contrario, estaba molesta porque habían sido tres los ex que reingresaron.
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