La información germinó por todas las rendijas, por eso hace un tiempo se filtró que el affaire de la China Suárez con Mauro Icardi cayó pésimo en Chile, más precisamente en Isabel Luco Morandé, quien ya había manifestado su indignación por el modo en que terminó la pareja de su hijo Benjamín Vicuña.
La chilena no le agradó en lo más mínimo la decisión del actor de intentar subsanar el vínculo con la compra de una mansión en un country con dinero de la familia. Todo eso activó la profundización de la relación de con su suegra y María Eugenia se concluyó en que nunca se profesaron una afinidad real.
Los datos que se filtraron del otro lado de la cordillera se relacionan con un plan de la matriarca de ejecutar una avanzada con un grupo de abogados para recuperar el dinero y por ende poner a la venta el hogar en el que vive en la actualidad la actriz.
Todo este entramado flota en el aire, por eso surge en cada oportunidad en que alguno de los protagonistas enfrenta un micrófono. En este caso, la novedad partió del festejo grandilocuente de la China de su cumpleaños número treinta, que se desarrolló en un bar top de Buenos Aires.
Los medios acudieron a la celebración para realizar una exhaustiva cobertura y en ese contexto apareció la madre de Suárez, Marcela Riveiro, que no pudo eludir a los cronistas y tal vez sin proponérselo aportó novedades de la controversia.
La periodista de Socios del espectáculo la abordó, con amabilidad y también tenacidad, por lo que en primera instancia la ex suegra de Vicuña eligió la mesura y exclamó: “Yo no me meto en esas cosas”. Una declaración inteligente para evitar problemas.
No obstante, la cronista apretó el acelerador y preguntó: “Qué le diría a la persona que quiere sacarle la casa”. Así Marcela aportó una claridad tremenda respecto al futuro de la mansión de la China: “Es todo mentira lo que dicen, no voy a opinar, perdón”.
