El precio de la fama: algo de eso está "pagando" Holder por haber entrado a Gran Hermano. Gisela Gordillo, la mamá del primer eliminado del realitie, confesó el drama que están viviendo tanto ella como su hijo, quien según sus palabras "cayó en las adicciones de éxtasis y las pastillas por vivir de fiesta en fiesta después de salir de La Casa".
La mamá de Holder siempre se mostró directa, frontal y sincera desde que irrumpió, de la mano de su hijo, al riesgoso y resbaladizo mundo de la fama. Hasta cuando se "puso de novia" con Ulises Jaitt admitió primero que "somos un fuego" y después, a las pocas semanas, que "todo resultó una decepción". Ahora, con la misma franqueza, reconoció en Mañanísima, el programa de Carmen Barbieri, que "me asusté mucho cuando vi tan mal a Tomás".
Eso sucedió, según su relato, "después de que salió de Gran Hermano y pasaron las fiestas de fin de año. En enero más o menos. El se la pasó de fiesta. Cancún, Punta del Este, Pinamar, Buenos Aires. Boliches, fiestas, noche, toda vida de noche. Y eso fue clave, porque él era un chico que se alimentaba sano, que entrenaba todos los días, y ahora no se alimenta sano ni entrena nunca y se la pasa de fiesta. Ahí sospeche que algo pasaba, algo raro".
El detonante fue el cumpleaños de uno de los hermanitos de Holder. "Ahí había otro cambio. El cuidaba a sus hermanos, y ahora no lo estaba haciendo. Llegó el cumple del más chico, hicimos una fiesta en un club del barrio acá en Rosario, y pudo venir pero nada más que media hora. Y lo vi re mal. No podía respirar casi. Ahí me puse obsersiva y rompepelotas y dije "basta, hasta acá llegaste, En mi casa las cosas se hacen como digo yo. Se terminó la joda"", contó Gisela.
"Lo agarré a tiempo. Y como Tomás es muy sincero, así como en su momento me contó que tomaba anabólicos en el gimnasio, ahora me contó que estaba tomando pastillas en las fiestas electrónicas. Extasis y otras que no sé cómo se llaman, porque hay muchas. Lo vi tan mal que llamé a un médico, que diagnosticó que estaba transitando un ataque de pánico y me recomendó que llamara a un psicólogo o a un psiquiatra, y llamé a un psquiatra muy reconocido de Rosario que también hace psicoanalisis", agregó la explosiva mujer.
Siempre frontal, recordó después que "lo que me dijo el psiquiatra me dejó pasmada, porque según él tomás sufre una disociación de personalidad. Por un lado está Tomy, el verdadero, y por el otro el personaje Holder que debe sostener todo el tiempo para su trabajo. Las pastillas que tomó le bajaron la serotonina y la dopamina y eso lo tiene deprimido, pero por lo menos frenó su consumo. Tiene que cambiar los hábitos, y juntarse con otra gente. Estaba con personas de 45 años y eso no me gusta. Esa es mi edad y yo no estoy con gente de 22 años".