Cuando la cuarentena social, preventiva y obligatoria empezó a extenderse, y previendo que quizás llevaría más tiempo del esperado, Geraldine Neumann (36) y su familia armaron las valijas y viajaron al Sur para pasar el resto del aislamiento.
Instalados en su casa de Villa La Angostura, Gegé, su marido, el fotógrafo Jorge Otamendi (40) y sus hijos, Helena (14) y Matías (10), disfrutan plenamente de la naturaleza.
"Estamos muy contentos de estar haciendo la cuarentena acá, amamos el Sur. Somos unos privilegiados y lo disfrutamos al momento de salir a caminar, recorrer y hacer música con el lago Nahuel Huapi de fondo. Me fui de Buenos Aires cuando vi que se venía todo esto", le dijo la modelo a Hola.
La rutina de la familia en los bellos paisajes Patagónicos es de puro goce. Después de conectarse para participar de las clases vía zoom de la escuela Waldorf a la que asisten, los chicos se dedican a ayudar a su mamá en la cocina. “Matías dice que quiere ser chef, entonces me ayuda un montón. A Helena también le gusta, pero sobre todo recetas dulces”, relató Gegé.
"Estamos muy contentos de estar haciendo la cuarentena acá, amamos el Sur. Somos unos privilegiados y lo disfrutamos", reflexionó Gegé.
Pero los chicos, además, tienen otros intereses. “Están incursionando en la fotografía, el dibujo y la música, que es nuestro motor de vida”, dijo. “Este año queríamos hacer el lanzamiento de nuestro disco familiar, que estuvimos grabando durante el año pasado, pero como no pudimos vamos a intentar terminarlo acá”, explicó la modelo.
Y en cuanto a los planes de ocio, el lugar ofrece más de una opción. Y ellos las aprovechan todas. “Hacemos muchas caminatas y excursiones a los ríos, porque a pesar de que venimos siempre acá, hay mucho por conocer”, contó.
“Esta vez vimos el paso del otoño al invierno, cuando el follaje de los árboles cambia de color y se llena el suelo de hongos”, relató emocionada. “Estamos componiendo mucha música en familia, también aprovechamos los troncos que encontramos caídos y aprendemos a tallar madera. Yo retomé mi pasión por la pintura”, comentó.
“Somos una familia relajada, pero consciente del nuevo mundo. Y nos sentimos privilegiados por trabajar de lo que nos gusta y tratamos de inculcarles a nuestros hijos que su realidad no es la misma que la de todos”, concluyó.