Marcelo Araujo está internado y su familia cambió la cerradura del departamento en el que vivía con su pareja. Graciela Ocampo rompió el silencio y habló de lo difíciles que fueron sus últimos tiempos.
En Los ángeles de la mañana, por El Trece, Graciela contó cómo fue el episodio puertas adentro con Marcelo que derivó en el traslado del periodista a un centro médico.
También, contó cómo tomó la abrupta decisión de la hija de Araujo y cómo se resolverá el conflicto.“Nuestro entorno nos conoce y saben que soy una mujer reservada. Que se ocupa de su trabajo, hijos, nietos y su marido hace veinte años”, arrancó Ocampo.
“Pero finalmente decidí escribir esto con el apoyo de mis hijos y lo que quieras ampliar de lo legal podés hablar con mi abogada. Son muchos años junto a Marcelo…”, detalló Graciela.
“Este año cumplimos 19 años juntos y, como muchas parejas, tuvimos peleas, separaciones, pero siempre volvíamos”, contó la pareja del periodista. “Siempre lo cuidé y lo seguí haciendo hasta el último momento, cuando lo subí a la ambulancia, preocupada por su estado”, agregó Graciela.
“Es cierto que estábamos distanciados hacía dos meses pero fue por una situación muy triste y grave, en donde tuve que llamar al 911 y no voy a profundizar en eso”, reconoció Ocampo.
Cuando la policía llegó al lugar, se inició una nueva etapa que no terminó de resolverse. “No seguí el consejo de la policía que vino a casa y preferí seguir el consejo de mis hijos, que me pidieron que me fuera. Muchas mujeres, para bien o para mal, por temor o lo que sea, hacemos eso”, confió Graciela.
“De ese tema no quiero hablar. Solo decirte que, como tantas mujeres, sufro, hace años, una situación que creí ponerle fin ese día de febrero”, compartió la mamá.
“Pero, después, su estado de gravedad y de abandono, me llevó a volver para asistirlo. Por eso fue tan duro enterarme que, mientras que mi marido estaba internado, su propia familia cambiaba la cerradura de donde vivíamos”, dijo Ocampo.
“Y daba órdenes con que yo no entrara, amenazando con sacar mis cosas a la calle. Nunca discutí por el departamento. Viviendo ahí con mi marido, me enteré de que se lo había donado a la hija”, recordó la pareja del periodista.
“Yo no quiero nada que no me corresponda. Pero después de veinte años y con el padre internado, no podía permitir que me traten como a un perro”, remarcó Graciela.
“Con Marcelo afuera del hospital y sano, si Dios quiere, resolveremos nuestros temas como corresponde a gente grande que compartió una vida”, adelantó Ocampo.
