Furia viene de días complicados. Hace poco más de una semana, un alarmante presunto diagnostico la obligó a ampliar una batería de estudios que la llevó, incluso, a tener que romper el aislamiento en Gran Hermano para trasladarse a una clínica porteña. Y ahora, la jugadora recibió otra complicada noticia y la tristeza la superó.
Tras la gala de eliminación, Juliana Scaglione fue llamada al confesionario donde le advirtieron la posibilidad de que, próximamente, deba salir de la casa a fin de hacerse más exámenes de salud. Tras una charla con Big Brother, la competidora salió llorando del recinto.
No quiso probar bocado de comida y se refugió en uno de los cuartos. Furia se "apachuchó" en una cama improvisada en el piso con Arturo, la nueva mascota del reality show, apagó las luces que suelen estar encendidas y se dispuso a dormir.
Inquietos por la situación, porque vieron decaer el ánimo de Juliana que siempre suele "estar para arriba" y generar distinto contenido para el programa, incluso con picantes peleas con sus compañeros, el resto de los integrantes de GH charlaron entre ellos y dijeron que es inminente que la doble de riesgo se tenga que volver a estudiar su organismo.
LA MALA NOCHE DE FURIA EN GRAN HERMANO
"Repasamos lo que pasó con Furia: salió llorando del confesionario. No comió y los chicos dijeron que mañana tiene que hacerse exámenes. Confirman que no hará la compra semanal", informó El Laucha, a través de la red social X.
"Ya dejó comunicado qué tienen que comprarle. Se acostó triste con Arturo en la colchoneta del perro", agregó el comunicador junto al video de la salida de Juliana de su charla con Gran Hermano y de la imagen de su descanso junto a la mascota.