La competitividad caracteriza el universo artístico. Un océano enorme de personas que pugnan por atrapar un espacio laboral, lo que construye una dificultad mayúscula. Por eso, cada uno dispone de sus herramientas para convencer a los productores y firmar contratos.
Claro que todas las armas son válidas, aunque algunas se encuentran al límite de lo llamativo o controversial. En ese grupo se encuentra la joven, y talentosa, Maite Lanata. La actriz no dudó en confesar cuál es su método para conseguir papeles en la televisión o en el cine.
En su visita al living de Los Mammones, la protagonista de ATAV se soltó, entre risas, para describir las actividades de magia negra que ha realizado. Todo empezó con Jey Mammón preguntando: “¿Es verdad que sos cabulera?” .
"Puse la cabecita de una nena, hicimos todo un gualicho con mi vieja, toda una macumba para quedar en una película", confesó Maite.
Luego de ponerse colorada, Maite se lanzó a relatar lo que vivenció con su participación en la película Mía: “Sé que quedé elegida para la peli porque fui al casting con una camperita roja que no me la saqué desde que salí”.
En ese contexto, Lanata señaló a su madre como la propulsora de esas actividades llamativas. “Mi mamá hacía cosas con porcelana fría, muñequería para chicos y puse la cabecita de una nena, hicimos todo un gualicho con mi vieja, toda una macumba para quedar”, manifestó.
La sorpresa se apoderó del piso, entonces los panelistas le consultaron: “¿Hacés macumbas?”. Lejos de esquivar el bulto, la actriz dijo: “Hago macumbas”. Impresionante revelación.
Con el deseo de conocer en profundidad el origen de semejantes prácticas, Jey apretó el acelerador. Así, llegó la confesión de Lanata: “Mi vieja es muy de eso, no puede pasar por debajo de una escalera, o ve un gato negro y tenemos que dar tres pasos para atrás”.