Jey Mammón contó con la presencia de Leonor Benedetto en Las noches de Jey. La actriz de 82 años no dudó en responder sin ningún tipo de tapujos cada pregunta que le hicieron y brindar certeras definiciones. Aseguró que no cree en el poliamor porque “me parece una farsa para disimular los cuernos”, reconoció que no es nada salidora, que detesta las aglomeraciones y del sentido del humor de Santo Biasatti que alguna vez fue su pareja se limitó a decir “no le habré dado tiempo para mostrarlo”.
La entrevista comenzó con la actriz relatando la vez que le quisieron robar pero terminó hablando con el delincuente y convenciéndolo para que no lo hiciera: “Fue algo particular y gracioso. Era verano yo iba con la ventanilla del auto baja, mangas cortas y un buen reloj en la muñeca. Yo no sé si soy loca pero hay cosas que a los demás atemorizan y a mí no. Me puse hablar con el que me venía a robar”.
El delincuente le exigió la cartera que llevaba. “Le digo, ‘vamos a hacer una cosa. No te voy a dar la cartera, te voy a dar dinero, todo lo que tenga, pero no te vas a llevar mis documentos. ¿te parece?’. Se quedó muy mudo, muy calladito. ‘¿Vos sos?’, me dijo. ‘No, dejá’ y se fue”, culminó su relato entre risas.
Jey le recordó una frase que la actriz pronunció acerca de que no tenía problemas en que ardiera la filmoteca porque filmó dos o tres películas muy malas. Reconoció que la frase era suya: “De las primeras cosas que hice filmé dos o tres películas horrorosas pero porque tenía que trabajar. Tuve a mi primera hija mientas estaba en el Conservatorio. Así que no preguntaba cómo era lo que me estaban ofreciendo sino que lo importante era que vinieran. Y sí eran películas horribles”.
La actriz confesó que no es nada salidora: “El mejor evento que me podés proponer es una cena con 4 o cinco personas como máximo. Detesto las aglomeraciones, las fiestas. Me gustan las reuniones donde hay una conversación”.
Del éxito de la novela Rosa de Lejos para ellano radicó en los sesenta puntos de rating que hacía: “El éxito fue la transformación que provocó en las mujeres de los barrios, en esas que planchaban y cosían después de comer”. Explicó que “estoy convencida que fue una especie de lucha donde las mujeres encontraron una bandera en Rosa. Rosa les enseñó a las mujeres a ganar dinero, a no dejarse avasallar ni maltratar. Ese fue el éxito de Rosa”.
Recordó que hizo todo lo posible para que la novela no saliera a las 13 “porque a esa hora el programa eran los almuerzos de Mirtha Legrand. Pero afortunadamente no resultó como yo dije y se produjo ese fenómeno que en general uno no sabe cómo se produce”.
El conductor le aseguró que ella fue una de las primeras feministas pero que sin embargo muchas veces no la reconocen. Cuando luego de residir en España volvió al país a principios de la década del 90 “Me decían que acá no hacía falta el feminismo. Es que los grupos ideológicos que se arman en general en Argentina son muy cerrados. Y si venís de otro lado te pide el pasaporte y obviamente yo nunca lo tuve. La militancia mía es lo que hago, lo que digo, lo que cuento”.
La actriz continuó su reflexión sin evitar una dura crítica “No creo que el de Argentina sea un verdadero feminismo. El último 8 de marzo en la plaza hubo dos grupos de mujeres significando diferentes maneras de pensar el feminismo. No es serio eso”.
Aunque Benedetto pocas veces abrió las puertas de su intimidad, se sabe que vivió amores con José Sacristán, Gerardo Romano, Santo Biasatti y Alberto Rodríguez Saá. No habló de ninguno de ellos, pero cuando Jey con picardía le preguntó si era cierto que Santo Biasatti fuera de cámara era una persona muy graciosa, se limitó a responder “lo habré pescado en otro momento, pobre”. También aceptó que alguna vez dijo que “todas mis parejas fueron unos bodrios”.
Si bien no habló de sus amores aseguró que no cree en el poliamor. “Me parece una farsa para disimular los cuernos. Se puede amar a más de una persona, pero al mismo tiempo son cuernos”.
De Marcos, su hijo menor al que adoptó cuando el nene tenía dos años dijo que esa decisión le permitió “hablar con gente que tiene miedo de adoptar”. Lejos de ubicarse en un rol de heroína reveló que mientras realizaba los trámites de adopción muchas personas le preguntaban si sabía de dónde vendría el nene o cómo resultaría. “Mi respuesta era siempre la misma ¿vos sabés cómo va a resultar tu hijo biológico? ¿Tenías una garantía de perfección?”.
Enfatizó que “hay que dejarle a la vida un caminito para que se mueva sin garantías. Es la única manera de vivir”. Aseguró que la adopción de Marcos cambió no solo su vida sino la de “mis dos hijos biológicos de una manera formidable en lo que es el compartir. La sangre no es lo más importante que tenemos. Se puede hermanar una persona con otra sin la garantía de una partida de nacimiento”.