Después de ocho años, Luis Ventura volvió a ocupar su mítico sillón en Intrusos en el espectáculo. Fue a partir de la ausencia de Marcela Tauro, quien se dio la tercera dosis de refuerzo contra el Covid 19, levantó temperatura y no pudo asistir al vivo.
Y fue convocado Luis para regresar al programa que marcó un antes y un después en los dedicados al mundo del espectáculo. Emocionado, Luis se sinceró sobre las emociones que lo atravesaron al regresar al piso de la calle Fitz Roy y revivir toda la etapa de su carrera en que el ciclo que se instaló y convirtió en un clásico de las tardes de América.
“Estuve como invitado del otro lado, pero, en la silla, desde el 2014, ocho años…”, recordó Ventura, luego de hacer una “puesta en escena” sobre su llegada al estudio de tevé, desde la calle y fue presentado por la nueva conductora, Flor De la V.
En un mano a mano de sincericidio, la artista reconoció que en el debut de su nuevo rol al frente del periodístico, estaba asustada. Y Luis, con “honestidad brutal”, le dijo: “se notó que estabas asustada. Entraste en el juego a los quince minutos…”.
“Yo no entiendo por qué estoy acá. ¿Con la Tauro (Marcela) qué pasó?”, preguntó Ventura, acto seguido. Y fue entonces que Flor explicó el detalle de la ausencia de Tauro, otra histórica panelista quien nuevamente es parte del equipo. “La vacunaron, está con fiebre, le mandamos un beso…”, dijo De la V.
“¿Pero la vacunaron contra qué…? Me hace siempre lo mismo loa Tauro”, refutó Luis, antes de caminar por el estudio rumbo a su silla a la que, antes de sentarse, la revisó con un mensaje indirecto a Jorge Rial.
“Perdón, ¿no hay ningún cable acá? Ante todo, siento emoción. Es volver a la casita de los viejos. Siempre transitando lo que es el mundo del chimento y del espectáculo, siempre digo que los pioneros fueron Héctor Ricardo García, Lucho Avilés, Jorge Jacobson…”, reflexionó Ventura, después de dedicarle una ironía a quien condujo el programa por 20 años.
“Pero lo que marcó Intrusos fue un estilo diferente de hacer periodismo de espectáculos. Fue como un quiste que se metía en el espectáculo. Mucha gente creía que las peleas eran armadas y eran de verdad”,aseguró Luis, desmintiendo las versiones de que los conflictos que se veían al aire estaban programados.