Se buscaba, se ansiaba y finalmente se cristalizó. La palabra de la China Suárez urgía en la palestra pública para analizar y tratar de reconstruir la verdadera consecución de acontecimientos del Wandagate. La actriz afrontó el desafío y relató sus pensamientos.
Claro que la charla con Alejandro Fantino, que se emitió en Star+, no terminó de satisfacer al espectador, como si fuese un plato escaso que no colmó el apetito. María Eugenia evadió, gambeteó las verdaderas profundidades del escándalo, pero soltó varias definiciones y permitió juntar piezas para comprender su postura en la polémica más rimbombante del año.
¿Explicó por qué se enredó entre las sábanas con Icardi? No, así como tampoco nombró en ningún segundo de los más de cincuenta minutos de conversación a Wanda Nara. No ofreció disculpas, ni justificó su accionar, aunque el gran responsable del triángulo amoroso es Mauro.
No obstante, en todo ese río de declaraciones, María Eugenia se detuvo en el escarnio público que se disparó en torno a su comportamiento y sobre todo centralizó su indignación con las mujeres que la destruyeron en las redes sociales.
Como corolario de la pregunta de Fantino respecto a si alguna persona la decepcionó, en la que dio a entender que alguien la defraudó, que se podrá interpretar si se refería a Paula Chaves, la China se lanzó a disparar su bronca por la libertad con la que la criticaron en las plataformas digitales.
“Siempre se les pide explicaciones a las mujeres. Desde el colegio y en todo sentido. La mujer que no decide tener hijos: ‘¿Y por qué?’. La que tiene muchos hijos: ‘¿Y por qué?’. La que se separa: ‘¿Y por qué se separa?’. La que está con más de uno y sale más de uno: ‘Es puta’. Es constantemente una etiqueta”, manifestó la ex de Benjamín Vicuña.
Hasta que Suárez activó la maquinaria de su descargo contra las recriminaciones, el juzgamiento hiriente en las redes: “Y después está el machismo en mujeres, que es tremendo. Es la mujer que juzga a otra mujer. Esto pasa mucho. Hay mujeres que hablan desde un lugar moral, como de poca empatía. Hay mujeres que son las primeras en señalar a otra mujer. Y eso es por como nos adoctrinaron y nos metieron en la cabeza la competencia”.