En su segunda vuelta por Gran Hermano, la Tora se pegó mucho a Marcos, por lo que algunos comentaban de que se trataba de una estrategia. Todo se hizo más grande cuando Ginocchio contó su duro pasado. Ante esta situación, Lucila contó que lo consoló y lo obligó a que pidiera ayuda.
Todo comenzó cuando Ángel de Brito bromeó que logró un milagro al hacer hablar al salteño. "En todo lo que fue el segundo episodio hablamos, mucho, todos los días. Él como persona estaba muy triste, estaba llorando todos los días en la cama solo", respondió la última eliminada del reality.
"Con él vengo hablando hace dos meses, fui la que le comió un poco la cabeza para que vaya y hable con el psicólogo. Si bien el psicólogo te llama cada tanto para ver cómo estamos, por más que vos no vayas, es muy distinto cuando uno va, toca el timbre y pide hablar con el", sumó.
Para cerrar, reveló el periodo más oscuro que vivió el oriundo de Salta, que justamente coincidió con la perdida de Agustín: "Lo veía todas las noches llorar, llorar y llorar, por eso iba y le hablaba. Fue antes de que entre Valen y después de que se fue Agustín. Puede ser por el encierro, el 17 cumplen 5 meses. Es muchísimo".
LA TEORÍA DE LAM SOBRE EL MAL MOMENTO QUE VIVIÓ MARCOS
Para tratar de entender por qué el joven campeón de jiu jitsu la pasó tan mal dentro del reality de Telefe. "En el aislamiento era difícil mantenerse dentro de tu casa, encima acá (por Gran Hermano) no tenés contacto con nada. O sea... ni música, nada", señaló Marcela Feudale.
"No saben qué pasa afuera, no hay una noticia. Nada", sostuvo Yanina Latorre. Para descomprimir un poco, el conductor remarcó la entrada de Alfa: "Hasta que te cae Alfa y les arruina el cerebro como ayer. Menos mal que lo sacaron porque creo que se volvían locos si lo dejaban una semana".
