A pesar de su influencia en la casa, La Tora se convirtió en la quinta eliminada de Gran Hermano, en una movida que causó sorpresa, sobre todo para ella misma que sentía mucha confianza en sus posibilidades de avanzar en el juego. Ya fuera del reality, la blonda contó una dura adicción.
Lucía visitó el piso de PH, el ciclo de Andy Kusnetzoff, y dentro de una gama de declaraciones se refirió a una problemática que la persiguió durante años, sobre todo en la adolescencia, y que había especificado en su casting del ciclo de Telefe.
Así, La Tora no dudó en contar que su manía por el sexo la indujo en una dificultad para construir relaciones amorosas y así confesó: "Por eso no tengo pareja". Para profundizar en el concepto, la rubia añadió: "Tengo adicción al sexo. No sé decir que no”.
En pos de graficar los comportamientos que ejecutó en otra etapa de su vida, Lucía sostuvo: “Si bien elijo, obviamente. Es compulsivo, no tenés la posibilidad de decir que no y era jueves, viernes, sábado, domingo. Capaz que en la semana".
Además, todo eso se presentaba en su cotidianidad como parte de otros consumos, que también incluían drogas. "Cuando salgo a bailar, tomo alcohol, estoy en la barra y quiero una presa. O sea… quiero a alguien", contó con mucha valentía en el show de Kusnetzoff.
A pesar de las pulsiones, La Tora halló una vía para modificar esa tendencia, por lo cual reveló su método: "Por eso hace tres años que me aferré mucho al gimnasio y la fe. Entonces, dejé de salir a bailar y un montón de cosas para no mandármela. Porque mis domingos eran domingucidios (sic). Viernes, sábado y domingo estaba en una con tipos distintos".