En voley y en basquet, Argentina siempre tiene un jugador más. Jose Montesano, el hombre que relatando los partidos o haciendo reportajes emociona a todos con su fervorosa manera de expresar sus sentimientos, es la ventaja sobre el resto. Tanto desde una cabina como en la zona de vestuarios puede saltar, gritar, cantar, llorar, reír, abrazarse o quedar empapado de transpirar la camiseta incluso más que los muchachos que dejan la vida dentro de los rectángulos. Los Juegos de Tokio 2020 volvieron a confirmarlo.
Montesano es tan querido por los deportistas -y todos los que tienen que ver con esas actividades- como por la gente, que lo manifiesta en las redes sociales volviéndolo tendencia en cada evento que cubre y pidiendo que lo lleven a transmitir un mundial de fútbol. Además, logró lo que parecía un verdadero imposible: cerró la grieta de Twitter, donde unos y otros se funden en un abrazo blanquiceleste para destacar y celebrar cada una de sus ocurrencias.
"Los pibes de todas las manos arriba", "Vamos lo pi", "punto, punto, punto, puntoooooo", "vamos Twister, uno más, uno más te pido" son apenas un pequeño muestrario de las frases que Montesano volvió una marca registrada de sus relatos. Este momento de su carrera, "coronado de gloria" por la llegada del seleccionado de voley a las semifinales de los Juegos Olímpicos, se ve agigantado por una dolorosa y difícil situación que debió afrontar hace apenas un puñado de años, en 2017, cuando la detectaron un cáncer en los ganglios.
Montesano debió suspender sus participaciones en TyC Sports -el canal para el que trabaja hace más de 20 años- y se sometió a una internación y a un tratamiento de quimio que, gracias a Dios, dio resultados. Fueron 9 meses embromadísimos que lo fortalecieron y lo unieron más que nunca con su familia, con sus seres queridos, con sus amigos y con todos aquellos que le enviaron un abrazo solidario y el fuerte deseo de recuperación.
Su regreso al trabajo, ya curado y con el alta de los médicos, fue apoteósico. Jugadores, entrenadores, dirigentes y sobre todo el público lo festejaron como si Argentina hubiera ganado un mundial de fútbol. Así de querido es Montesano.
Para todos los que lo conocen y lo tratan, José Montesano es el "Mosquito", el apodo que lo acompaña desde siempre. Vive en la ciudad de Buenos Aires pero es nacido en el Olavarría, donde al terminar el colegio secundario entró a trabajar como administrativo en el grupo de medios "El Popular".
Cuando Estudiantes, un equipo de su ciudad, llegó a la Liga Nacional de Basquet pidió hacer una prueba de relato y se largó a la aventura que lo llevó más tarde a recorrer buena parte del mundo cubriendo mundiales y Juegos Olímpicos. Al poco tiempo tomó otra decisión trascendental: probar suerte en la gran ciudad, donde estudio periodismo deportivo, se recibió y entró a trabajar a TyC.
A los 50 años, Montesano está casado con Daniela, con quien tienen tres hijos. Emiliano, el más grande, y las mellizos Juana y Catalina. Son los puntales de su vida, los que lo apoyaron en aquella instancia trascendental y le bancan, por ejemplo, un mes y medio afuera de casa por laburo.
El también merece una medalla. La medalla de oro a los mejores relatos de unos juegos olímpicos de la historia. Del gol de Diego a los ingleses con la voz de Víctor Hugo Morales de fondo, y un punto de los pibes del voley transmitido por Montesano. Historia pura. Barrilete cósmico...
