Qué importa que La Pulga Messi no haya levantado, todavía, una Copa del Mundo. ¿A quién le puede interesar, eso, justo hoy? Los dos zurdos, los dos con la diez en la espalda, los dos referentes indiscutibles e inigualables del seleccionado argentino, los dos los mejores jugadores de fútbol del mundo, los dos nacidos en nuestro país, acá, en nuestra bendita tierra donde crecemos pateando la bocha como si fuera religión. Los dos unidos por ese hilo rojo irrompible e inquebrantable de una pelota rodando, inquieta y casquivana, por los campos de juego de aquí, de allá, de todo el planeta. En el día en el que perdimos a Diego Armando Maradona, al menos en el día en el que lo perdimos físicamente, sin importar copas o medallas ganadas y perdidas, Lionel Messi no podía estar ausente.
En Barcelona, donde también jugó Diego, Messi no pasa, precisamente, sus mejores días. Está envuelto en un conflicto inentendible, inexplicable, como muchos de los que involucraban al desde hoy legandario e inolvidable Pelusa. Nadie sabe si no lo quieren, o si le hacen la vida imposible, o si pretenden que se vaya, pero por hache o por be la está pariendo. Y para colmo este mazazo. Este golpe infernal del que va a ser difícil salir.
Messi y Maradona convivieron unos años en el seleccionado. Diego como entrador y Leo como futbolista. Llegaron al Mundial de Sudáfrica, el de 2010, y juntos enarbolaron el sueño de reconquistar la Copa. No se pudo. Otra vez Alemania nos liquidó con un 4-0 inapelable y tremendo. Después sus caminos se separaron, pero siempre tuvieron muy buena onda.
"Un día muy triste para todos los argentinos y para el fútbol. Nos deja pero no se va, porque el Diego es eterno" arrancó su conmovedor posteo en Instagram, donde es una de las personas con más seguidores en todo el planeta.
"Me quedo con todos los momentos lindos vividos con él y quería aprovechar para enviarle el pésame a toda su familia y amigos. QEPD" escribió Messi.
De zurda, con la cabeza levantada o mirando al piso, dribleando, con la gambeta encendida y la definición preparada. Messi y Maradona. Los dos son nuestros. Que viva el gran fútbol argentino para y por todos los tiempos.