Los días pasan, la vida continúa, la rutina vuelve a hacerse presente y el deseo de que termine el 2020 se hace aún más fuerte. Pero la angustia sigue vigente, la ausencia también y los conflictos tanto legales como personales no dejan de surgir en el entorno de todos los allegados a Diego Armando Maradona.
La muerte del jugador de fútbol más reconocido a nivel mundial causó conmoción, dolor, tristeza, preocupación y como era de esperarse, problemas. Pero entre tanto caos por la sucesión, los bienes de la herencia millonaria y las rivalidades dentro del núcleo familiar, se conoció un emotivo y llamativo hecho sobre la última despedida al Diez.
Tras una larga y conflictiva jornada de velorio en la Casa Rosada, los restos de Maradona fueron trasladados al Jardín Bella Vista, un cementerio privado en donde solo 30 personas elegidas por la familia pudieron ser parte de la despedida final.
Desde el aire, mediante drones, y manteniendo una distancia estipulada para darle privacidad a los allegados, los medios lograron obtener imágenes sobre el adiós, pero una vez que se enterró el féretro todo había concluido. Flores sí, llanto sí, abrazos por montones, pero placas conmemorativas no.
Pero con el paso de las semanas se instalaron dos placas en donde rezan en cada una, una frase emotiva y especial, recordando la vida de Diego y el cariño de sus familiares. En una se puede leer “Te extrañamos”, y en la otra “Gracias a la pelota”, frase que él mismo había pedido en una autoentrevista que se realizó para La Noche del Diez.
Este miércoles, varios compañeros de Maradona del equipo de la Selección que enamoró al pueblo argentino en México '86, visitaron el lugar donde descansa su amigo, y fueron algunos de los pocos que pudieron estar presentes bajo las nuevas insignias que acompañan los restos del ex futbolista.
Según se comentó, la autoridades del cementerio solo permiten el ingreso a las personas previamente establecidas, y por medidas de seguridad y protocolo, cualquiera que visite a un pariente en aquel parque solo podrá acercarse a la tumba de su ser querido, teniendo prohibido ir hacia otro lugar.
