Lo quiso hacer durante muchos años, pero su familia no lo acompañaba. Su trabajo, entonces, tampoco lo ayudaba. Marcelo Tinelli tenía hijos chicos, que iban al colegio en la zona de Palermo. “Y no querían saber nada con irse de la ciudad y mudarse”, dicen los que lo conocen. Las “nenas” crecieron, su productora dejó de estar en Palermo y… ‘llegó la chance”.
Así fue como antes de la pandemia Marcelo Hugo alquiló una mansión en Nordelta para tener el lugar en el mundo que siempre soñó a menos de 50 kilómetros de su departamento en Le Parc. “Al toque ya estaba fascinado”, dicen en su círculo íntimo sobre la vida en las afueras de la ciudad.
Lejos del ruido, de las luces, del tráfico incesante, Tinelli encontró un bálsamo para descargar el estrés, para conectarse con la naturaleza y el verde en su mudanza a Tigre. El aterrizaje del conductor se produjo a las semanas de la reconciliación con Guillermina Valdés, en un 2020 en el que la pareja surfeó por varias crisis.
En primera instancia, la pareja acudía a la mansión en el barrio Los Castores (el más caro de la zona, junto a El Golf y La Isla) para relajarse durante los fines de semana; no obstante, las beldades de ese espacio sedujeron a Tinelli para emprender la operación de compra, que implica una inversión onerosa.
Lo cierto es que este hogar dispone de comodidades impresionantes como sus 780 metros cuadrados cubiertos, en un lote de 1500 metros en total, que se destaca por su puente directo con la laguna, al punto que el jardín ofrece directamente la posibilidad de sumergirse en las aguas para un paseo en canoa.
En lo relacionado con la estructura, la casa en la que vive Tinelli posee seis dormitorios, un gimnasio, un play room, una piscina gigante, tres cocheras, una cocina muy amplia y un living súper confortable con ventanales para generar un horizonte fantástico.
Marcelo está encantado con las posibilidades que le brinda esta propiedad, por eso suele compartir en sus redes sociales diferentes momentos de esparcimiento con toda su familia ensamblada, sobre todo el disfrute de tomar sol y mirar el lago.
Se estima que esta mansión, de apenas nueve años de antigüedad, presenta un valor elevado, en consonancia con la fastuosidad de su acabado y su tamaño, que ronda los 2.5 millones de dólares. A pesar de esa cifra, Marcelo desea cumplimentar la operación de compra en el corto plazo.
Claro que mientras tanto mantiene los pisos de la impresionante torre Le Parc de Palermo, en la que residen todos los miembros de su familia, incluso con un espacio exclusivo para Guillermina. ¿Podrá Marcelo cristalizar su sueño de adquirir esta casona de Nordelta?