La carrera deportiva de Diego Schwartzman alcanzó la cúspide con la tremenda clasificación a las semifinales del Roland Garros, el Grand Slam histórico sobre polvo de ladrillo, que le permitió catapultarse al top ten del ranking, hoy en el noveno escalón.
Pero no sólo la rompe en el ámbito profesional, dado que también vibra de felicidad en el corazón. El deportista encontró el amor de la mano de una bellísima mujer, Euge De Martino, una hermosa modelo rubia y de penetrantes ojos verdes que lo tiene muy entusiasmado.
La pareja arrancó a caminar juntos a la par en septiembre del año pasado, pero en marzo se sumergieron a convivir en la imponente casa del Peque. Una propiedad con todos los lujos, que está emplazada en el lujoso country Nordelta, en las tierras de Tigre.
La pandemia generó el contexto ideal para que ambos apostaran por vivir bajo el mismo techo, más allá que desde antes ya compartían larguísimos viajes por el mundo por la participación de Diego en los torneos. Euge se subía al avión y pasaba todo el tiempo al lado de su amor.
Entonces, la modelo armó definitivamente las valijas y se instaló en la casona, que dispone con ambientes kilómetricos, una decoración muy cuidada y moderna y principalmente una conexión con la naturaleza, a partir de un jardín frondoso, con mucho verde, donde la vedette es la piscina.
Los tortolitos contaron recientemente que el espacio favorito es el living, dado que retozar en el sillón a descansar y mirar películas y series se erige en una de sus momentos preferidos del día. Todo esto con la particularidad que la ambientación de toda la casa estuvo a cargo de Silvana, la mamá del Peque, que se desempeña como diseñadora de interiores.
A pesar de todo lo que ofrece la propiedad, Diego pondera el patio, con sus braseros, un deck maravilloso y la pileta. En ese espacio recibe a sus amigos cada vez que regresa de sus giras por el mundo. En ese rincón de la casa también disfrutan a pleno sus perros Ziggy y Bob, que incluso se lanzan a desperezarse en las reposeras.
Schwartzman adquirió este paraíso en zona norte hace cuatro años, así dio el salto a vivir por primera vez fuera del seno familiar. La experiencia de encontrarse con todas las obligaciones, y privilegios, no le causó ningún problema. Menos ahora que Euge llena sus días de amor.
En cuanto a las vicisitudes de la convivencia, Diego aclaró: “Nunca había estado con otra persona que no fuera de mi familia, pero desde marzo que estamos juntos en esta casa y nos organizamos muy bien”. Al tiempo que aclaró en diálogo con la Revista Hola que se encarga de la limpieza, porque le sale “naturalmente” y por su rasgo de "obsesión con el orden".
La pareja marcha viento en popa, por eso ninguno de los dos le esquiva a los temas del altar e hijos. Eugenia gritó: “Me encantaría, si fuera por mí, me casaría ya mismo”. Mientras que Diego adujo que prefiere culminar su carrera deportiva, aunque sostuvo que a partir de los 30 está listo para ser padre y que dependerá del momento en que su novia lo desee.
