El programa de Telefé Bake Off atraviesa horas convulsionadas, dado que una de las finalistas Samanta Casais se vio envuelta en denuncias, de diferente calibre. Por un lado, la participante está sospechada de violar el reglamento al conocerse pruebas de su trabajo como pastelera profesional. Por otro, la familia de Alfredo Olguín, un hombre fallecido en un accidente, la acusó públicamente por no cumplir con lo impuesto por la Justicia.
En definitiva, Samanta protagonizó un siniestro vial en noviembre de 2017 en la Autopista 25 de Mayo, a raíz de una imprudente maniobra chocó a Alfredo, que manejaba su moto por la banquina. Lorena Olguín incluso contó en América TV que la pastelera no bajó a socorrer a su padre y aportó fotos del accidente.
Además, Informados de todo, el ciclo de Guillermo Andino, accedió al expediente y exhibió al aire las imágenes del registro de Samanta en la comisaría. A raíz de todo estas pruebas, ya no quedan dudas de la intervención de Casais en el choque. Así como se especula que no cumplió con lo solicitado por la Justicia, que se trataba de tareas comunitarias ni con el resarcimiento económico para con la familia Olguín.
Lorena Olguín agregó que Samanta habría ejecutado una maniobra maliciosa al desprenderse de un fondo de comercio para declararse insolvente y no pagar.
La hija de la víctima fatal expresó en el programa de Andino: "Ella ni siquiera se bajó del auto y no se dio a la fuga porque otras personas le impidieron que se vaya. El único que ayudó fue su marido, que estaba enyesado”.
Lorena continuó con su verdad, contando todos los hechos y sostuvo: “La causa continúa abierta porque Samanta no cumplió con la tarea comunitaria. Le retiraron el registro, pero el resarcimiento nunca lo hizo, que encima fue por monedas… No tiene precio la vida de mi padre. A mí esto me revuelve muchos sentimientos”.
El auto no era de ella, no tenía cédula azul ni seguro
Para brindar más detalles, Olguín relató un encuentro con Samanta, con palabras desgarradoras: “La cité en el hospital los primeros días de enero. Ahí me contó todo esto: que la Policía sospechó que el auto podía ser robado porque no estaba a nombre de ella, y ni siquiera tenía la cédula azul. Ni el seguro estaba a su nombre. El auto era de una amiga de ella y me contó que tenía cinco tortas en el asiento de atrás para entregar. Tenía miedo de que se pudrieran. Estaba más preocupada por eso que por la vida de mi padre”.
Estaba más preocupada por cinco tortas que tenía en el auto que por la vida de mi padre