Con un cielo encapotado y gris, hasta con las lluvias que cayeron de las nubes, Pampita se lanzó con entusiasmo para cumplir su promesa personal y caminó decenas de kilómetros en las rutas para formar parte de la tradicional peregrinación a Luján.
En la semana, Carolina Ardohain se había sumergido en un plan de preparación muy peculiar, que se enrolaba en el proyecto de cristalizar su compromiso íntimo, una forma de agradecer los sucesos felices que acontecieron en los últimos meses, con la llegada de su hija Ana como punto cúlmine.
Lo cierto es que la conductora de NET TV surcó contra viento y precipitaciones las rutas envuelta en la convicción de peregrinar con cientos de miles de personas alrededor, incluso con su amiga Barby Franco como fiel ladera en esta iniciativa tan loable.
Pampita compartió varios tramos de su aventura a través de sus redes sociales y así exhibió a sus seguidores las vicisitudes de algunos momentos de ese sábado tan especial, plagado de emociones. “Está medio fresquito, va a llover. Bueno, llegaremos debajo del agua”, exteriorizó.
Tras largas horas y mucho esfuerzo físico, Carolina logró su cometido y arribó a la mítica basílica, el gran objetivo para el que se entrenó en las últimas semanas. Más allá de agotamiento, Pampita se sumió en un estado de mucha emoción y las lágrimas brotaron de sus ojos.
Nuevamente a través de su Instagram, la modelo exteriorizó: "Lloramos bajo la lluvia con el corazón en la mano. Muchas veces vine a entregarle a la Virgen mi dolor y ahora vengo a agradecerle las cosas lindas". Impulsada por todo lo que le generaba ese contexto, Caro posteó un sinfín de imágenes, en las que se la ve en la puerta de la iglesia, así como en el interior y con las pupilas inundadas por las vibraciones que latían en su fuero interno.
Y también aprovechó para escribir un rezo en su publicación: “Bendita sea tu pureza y eternamente lo sea, pues todo un Dios se recrea en tan graciosa belleza. A Ti, celestial princesa, Virgen Sagrada María, te ofrezco en este día, alma, vida y corazón. Mírame con compasión y no me dejes, Madre Mía. Oh señora mía, Oh Madre mía… ¡Yo me ofrezco toda a ti! ¡Gracias por tu protección, tu amor y tu presencia constante en mi vida!".
