San Martín, Gardel, Maradona, Messi, el Papa, el Che, el tango, el mate, el asado, el dulce de leche, la camiseta celeste y blanca. Con sus palabras y también con sus actitudes, Lali Espósito va camino a sumarse a la lista de "símbolos inequívocos" de la argentinidad. Y al palo, por supuesto. Después de decir que ella no perseguía el sueño americano sino que quería alcanzar el sueño argentino, la cantante volvió al programa con más rating de la televisión española y provocó una verdadera revolución con sus gestos y sus acciones "argentas".
"El hormiguero" es una especie de "Late nate show" que rompe las mediciones en la madre patria. El conductor, Pablo Montos, es algo así como el Marcelo Tinelli de los 90 o los 2000. El hombre más famoso de la tele de allá. Lali fue contratada como "asesora para hablar temas que habitualmente no se tocan", y alli fue con su arrolladora energía y su inagotable torrente de carisma y talento.
Las últimas horas de Lali fueron frenéticas y convulsionadas. De la final de La voz argentina, donde no pudo materializar su sueño de convertir a Angela Moyano en la primera campeona del realitie, saltó casi sin escalas a presentarse en el ciclo más visto de la televisión española. Y apenas entró al estudio se apoderó de la atención de todo el mundo.
Lali no se anduvo con vueltas y le propuso a Montos prepararle en vivo y en directo el trago que es furor entre los jóvenes argentinos: "el viajero", que no es otra cosa que cortar una botella de plástico, ponerle un par de hielos y llenarla con una proporción de 70 por ciento de fernet y 30 por ciento de gaseosa cola. Los cordobeses se asignan la autoría de la preparación, pero esa es otra historia.
"Mis objetivos en esta vida son dos. Ser más libre y que vos seas un poco más argentino", sorprendió Lali a Montos. "Nosotros compartimos todo. Así como a ustedes les da asco que compartimos la bombilla del mate, a nosotros no. Y con el viajero pasa lo mismo. Tomamos todos del mismo vaso. No hay que lastimarse los labios porque hay que chapar. Chapar es besar, así le decimos en Argentina, pero en los barrios. Se quema un poquito el borde para no quemarnos. Eso se hace en los barrios", le explicó la morocha.
"Como buena argentina me adueño de cosas que no son mías. Esta bebida, el fernet, es italiano pero para nosotros ya es argentino. En Italia es digestivo y nosotros arruinamos eso convirtiéndolo en esto, que es mi trago favorito" dijo Lali, que revolvió el hielo con los dedos. "Como la popstar argentina te bendigo como rey de la televisión española con este trago". Montos bebió "el viajero" y su primera reflexión fue "qué os pasa a los argentinos". Te tomás un par y no te acordás la dirección de tu casa", terminó Lali, tan argentina como cualquiera de nosotros".
