Ya pasaron más de siete meses desde que se conoció la impactante noticia de la muerte de Diego Armando Maradona. Y a pesar de que el tiempo transcurrió, aún los conflictos en torno a sus últimos días siguen dando vuelta tanto en los medios de comunicación como en la Justicia, que busca determinar si hubo culpables y si fue abandonado por el personal médico.
Cabe recordar, que las últimas horas con vida, el Diez estuvo “internado” en una casa ubicada en Tigre, la cual en teoría fue refaccionada para que él pudiera tener todas las comodidades necesarias para su rehabilitación, tras haber salido victorioso de una operación por un hematoma subdural en la cabeza.
No obstante, en las imágenes que circularon de aquel domicilio, se pudo constatar que no era el espacio adecuado para un paciente con las necesidades del exfutbolista, pero que al no haberse querido quedar hospitalizado, debieron recurrir a un plan B en el cual él se sintiera cómodo.
Asimismo, se fue revelando nuevo material sobre la vivienda, y fue el en ciclo Arriba argentinos en donde mostraron un archivo fotográfico que muestra en qué condiciones estaba la casa en los últimos días de vida de Diego.
Al publicar las fotos en la pantalla grande, el periodista Marcelo Bonelli explicó la situación: “El abandono que sufrió Maradona tiene que ver con cómo vivía, tiene que ver con la casa”. Y, agregando detalles, su colega Pablo Gravellone contó: “El testimonio fotográfico es muy importante y muy fuerte. Esta es la casa en Tigre, en la que se pagaron 16 mil dólares por tres meses, casa que se utilizó para la externación”.
“La Clínica Olivos no lo recomendó, decía que había que llevarlo o internarlo a un instituto especializado, pero la familia decidió trasladarlo a esta casa y Maradona vivió de esta manera”, continuó el periodista.
"El dormitorio de Maradona estaba en el último lugar de la casa. Para llegar ahí, había entre 8 y 10 metros. Era imposible escucharlo...”
Pero, indignado por estas imágenes, Bonelli opinó duramente: “El dormitorio de Maradona estaba en el último lugar de la casa. Para llegar ahí, había entre 8 y 10 metros. Los asistentes estaban a esa distancia, en el living. Era imposible escucharlo...”
“Esta es la prueba del abandono, porque vivía en el peor lugar de la casa, en condiciones mínimas y en una actitud denigrante”, agregó visiblemente molesto por las condiciones en que las residió el astro del fútbol.
Además, dio detalles de todos los ambientes: "Antes de la cocina estaba el bañito que utilizaban para bañarlo. Al final de todo estaba donde dormía Maradona, donde pasó las últimas 72 horas, porque prácticamente no se levantó de la cama cuando había síntomas claros de que estaba sufriendo un edema pulmonar. Lo dejaron morir”.
Mostrando uno de los baños de la casa, el cual tenía notorias precariedades, Marcelo continuó su relato: “Entre el 11 de noviembre y el 25 de noviembre, fecha en la cual falleció, según los testimonios se habría bañado una sola vez, en un toilette, parado”.
“En el toilette no entraba Diego, lo sacaron al pasillo y lo bañaron ahí, de acuerdo al testimonio de la gente que convivía con Diego. Este no era el baño que utilizaba él, era un toilette de recepción, que no tenía ducha y la improvisaron con una manguera. La conectaron al lavatorio y lo ducharon, por lo menos, una vez”, explicó enojado.
Y continuó ahondando en los detalles de los pocos metros cuadrados del lugar: “Diego no entraba ahí. Lo duchaban con esta manguera, parado, porque el baño era muy chiquito y lo sacaban. Era una cuestión denigrante, que no guardaba la privacidad”.
Retomando al espacio en donde Diego debía descansar, Bonelli concluyó: “El lugar donde dormía Maradona había funcionado como un playroom para los anteriores inquilinos. Pero nisiquiera. Era el peor lugar de la casa. Era un lugar cerca de la cocina, cerca del lavarropas, donde podés guardar cosas viejas”.
“Ni siquiera era un dormitorio de servicio porque no tenía baño. Ahí está la cama, donde murió Diego Armando Maradona, y el baño ortopédico, le pusieron el más barato del mercado”, terminó acotando mientras las imágenes acompañaban sus palabras.