En 2016, Luisana Lopilato y Michael Bublé conocieron una de las noticias más tristes que pueden escuchar los padres: el duro diagnóstico de su hijo. Por entonces con tres añitos de vida, a Noah le detectaron un tumor en el hígado que lo llevó a un urgente tratamiento.
Durante ese año, Luisana y el cantante canadisense se alejaron por completo de sus carreras profesionales para dedicarse de lleno a acompañar al pequeño a todo lo que necesitara. Fueron, sin lugar a duda, tiempos difíciles para la intimidad de la familia.
Ahora, Luisana pudo definir en palabras por primera vez lo que vivió a pocos días de un nuevo estudio médico donde le informaron que el nene logró pasar los cinco meses de rigor posteriores a la dura enfermedad, y que está "limpio" de todo rastro de cáncer.
"Estaba muerta, era un muerto viviente", definió Lopilato, a corazón abierto, en la Revista Hola. Entendible, claro que si, porque ella y Michael pasaron la etapa más dolorosa sosteniéndose mutuamente y conviviendo, a diario, con la angustia y la preocupación.
"Estaba hecha un lío. Estaba perdida. Mike era mi roca. Era tan fuerte. Me dijo: 'No importa lo que pase, vamos a salir adelante. Y tenemos que pensar en Eli'", confesó la actriz, recordando lo difícil que fue ese período en su vida que, por suerte, ya es algo del pasado.
"Me derrumbé. Estaba destrozado... Y mi mujer, literalmente, me levantó y me devolvió a la vida. De alguna manera me llevó hasta un punto en el que no solo pude estar bien, sino que volví mejor de lo que había sido antes", supo reconocer Bublé, por su parte.
