Todos buscan la palabra de la China Suárez, con el afán de escuchar sus justificaciones para elucubrar una relación clandestina con Mauro Icardi. Todo el mundo desea conocer los argumentos de esa decisión, de ese impulso de viajar a París para sumergirse en una noche de hotel con el delantero.
Claro que María Eugenia entiende que su declaración se convertirá en un hit, en un cimbronazo y que sacudirá todas las estanterías. Desde que construyó el Wandagate, la actriz navega por el ojo de la tormenta, más allá de la enorme responsabilidad del futbolista en cometer el engaño.
Por eso las cámaras la persiguen, los micrófonos están prendidos y a la espera de dar el zarpazo. Finalmente, la China habló por primera vez con un medio desde la irrupción del escándalo del año. Esto sucedió en Jujuy, en el marco del viaje de la ex de Vicuña a esas tierras para filmar con Álvaro Morte, el profesor de La casa de papel.
Lamentablemente, Suárez no emitió un sonido, ni una vocal en referencia a Wanda Nara e Icardi. El material es jugoso, porque es un hallazgo. Claro que no es casualidad que evitara expresarse de la polémica. El periodista jujeño que consiguió la entrevista reveló que le puso exigencias tajantes.
"Le dijimos 'María Eugenia, ¿te podemos hacer una nota?'. Y ella nos dice 'estoy comiendo, esperarme unos minutos. Termino de comer y hablamos'", detalló el comunicador en Intrusos, sobre el punto cero de la nota.
Hasta que narró las peticiones rigurosas de la China: "Nosotros nos quedamos ahí. Estuvimos como una hora. Después ella sola se acercó y nos dijo de hacer la nota. Pero me dijo 'no me preguntes de mi vida privada'. Entonces, ella nos dice 'de mi vida privada no voy a hablar y de la película tampoco. Lo único que te puedo comentar es sobre mi estadía en Jujuy'. Y accedimos".
