Posiblemente su paso por el Bailando por un sueño le haya proveído el grado de popularidad que necesitaba para llegarle al público. Básicamente, a los segmentos que no conviven plenamente con la información y que empiezan a conocer caras nuevas una vez que, reunidos a la mesa, se sientan con sus familias a ver los programas de mayor rating. Marcelo Tinelli, a excepción de alguna que otra temporada en las que las cosas no le salieron como esperaba, históricamente ha sido algo así como el “dueño” del prime time, la franja nocturna más requerida por los auspiciantes.
Eso, a Sofía Zámolo (36) le vino como anillo al dedo. Bella, joven y fundamentalmente muy respetada en el ambiente del modelaje, se sumó al reality con el objetivo, desde luego, de ganarlo para cumplir el sueño, aunque en el fondo apuntó a un propósito personal elemental para enriquecer su carrera. ¿Cuál? Empezar a tener vuelo propio y a conseguir que la gente la identifique con mayor facilidad. Si bien en primer término no logró materializar su meta de consagrarse en la pista, en lo referido a lo individual el saldo fue netamente positivo para Sofía. Y no solamente por haber efectivizado su deseo de alcanzar otro nivel de fama, sino porque, además, otras puertas ajenas al ámbito de la pasarela se abrieron para ofrecerle trabajo.
La explicación a esta apertura de experiencias laborales ajenas a las acostumbradas, obviamente, no tuvo nada que ver con lo que demostró en las galas del certamen, y quizás eso es lo que valoriza todavía más su crecimiento profesional. Hoy Zámolo es una de las panelistas de Incorrectas, el programa “ciento por ciento femenino” que encabeza Moría Casán, casualmente una de las figuras del espectáculo nacional que más estrecha relación conserva con Tinelli. Precisamente, la diva fue la que puso sus ojos en ella y consideró que por su forma de expresarse y su claridad a la hora de brindar sus conceptos, más la estética que tanto le elogian a Sofía, era la indicada para sumarse a su espacio como integrante del panel.
Con tanto tiempo siendo protagonista de sucesos teatrales y siendo parte del cine argentino en sus épocas o de la misma televisión hasta en blanco y negro, Moria no suele equivocarse cuando se la juega por alguien. Por algo Sofía, progresivamente, se fue asentando en su nuevo rol, que tal vez sea la contracara de su actividad tradicional. Es decir que desde que se sentó en Incorrectas le tocó analizar el desenvolvimiento de los famosos en sus trabajos o hasta en sus vidas privadas, algo que a lo mejor en algún momento le “molestó” al ser ella la “analizada” por los panelistas de los distintos canales. Hoy Zámolo está del otro lado del mostrador y su tarea ha dejado más que conformes tanto a Moria como a las autoridades de América. Más allá de haber entendido las reglas del juego, Sofía sabe que su función también es estresante.
Por eso, al disponer de un hueco en su agenda, partió de vacaciones con un grupo de amigas. El destino elegido fue el sur argentino. Más precisamente, San Martín de los Andes, donde, pese a tratarse de una localidad caracterizada por zonas semipobladas y grandes paisajes, la gente la reconoció. Una prueba más de todo lo que representó su paso por el Bailando y, por qué no, su presente en Incorrectas.
¡Amor canino!
¡A descansar!
¡Qué paisaje!
