Hace poco menos de tres años, Laurencio Adot tuvo un ACV. “Eso me dañó parte del hemisferio izquierdo de mi cerebro y me ocasionó una pérdida completa del habla y gran parte de la movilidad de mi pierna y brazo derecho”, contó. Todo lo que vivió lo llevó a tomar una decisión: irse a vivir a Brasil con su pareja a los 54 años.
“Estoy muy bien, vivo en Brasil desde hace cinco meses, saqué la nacionalidad hace dos años, y tomé la decisión de poner la salud primero después del ACV y de quebrarme el fémur. Me dije: ‘basta de toxicidad en Buenos Aires”, contó Laurencio en una charla con el programa Esto no es Hollywood (Mucha Radio, FM 89.5).
Adot abrió una nueva empresa en ese lugar: “Cambié de vida, cambié de idioma, hablo portuñol, no me entienden nada y no les entiendo nada. En Brasil saben cosas muy divertidas, geniales y creativas y a nivel moda puedo plantear un negocio en una industria que funciona”.
“Hay dos millones de boutiques multimarca que en la Argentina no existen, y yo tengo un showroom, pasé de ser diseñador a ser como una especie de Moyano de los diseñadores, representando a los argentinos en Brasil. Yo compito muy fuerte allá, decidí salvar a la moda argentina del desastre y tengo muchas marcas de Buenos Aires que se venden muy bien allá”, explicó.
“En Brasil me dieron la vacuna de Pfizer, estoy muy contento. Ahora estoy más tranquilo de cómo estaba antes del ACV, tomo mis decisiones, pero tengo un socio, yo diseño y no me hago cargo de la parte de empresario. En cuanto a las secuelas, estoy bien, solo se me traban algunas palabras, mi cabeza está fresca, empecé de nuevo, estoy muy feliz por volver a la vida, pero cada día la luchás”, relató.
“Yo no caminaba, no hablaba, tuve que comenzar de cero, y además en Brasil se me rompió el fémur al caerme en un baño escuchando a Gino Bogani criticando a todos los modistos argentinos, fue muy fuerte eso, y me caí. A nosotros nos cuesta muchísimo, es realmente ponerte a vender, es muy difícil en este momento estar abiertos y cerrados una y otra vez, entonces hay que ser humanos y desear que al otro le vaya bien, criticar al otro es una cosa muy argenta, tiene que haber otra cosa”, terminó sobre el modisto de Juana Viale.