El cáncer es una enfermedad que no discrimina, no interesa la raza, religión, altura o profesión. Son muchos los famosos que lo padecieron y pudieron vencerlo, otros que lamentablemente perdieron la lucha y partieron. Quienes se quedaron no dudan en contar su historia de superación.
Liliana Caruso es una reconocida periodista que en las últimas horas abrió su corazón y en diálogo con PrimiciasYa reveló cómo fue su lucha contra el cáncer de mama y cómo fue que se enteró de lo que padecía: "En enero, empecé con un malestar en la espalda y le eché la culpa a la computadora, a un tema de mala postura. Pensé que era algo traumatológico".
"El malestar no pasaba... un día veo una bolita, que estaba abajo de la axila. Voy a mi ginecólogo y me dice: 'esto es producto de una mala depilación, un pelo encarnado, que produce una inflamación'. Me voy a mi casa, pero el dolor seguía. Me cambian la medicación y no mejoraba", continuó.
Y agregó con detalles: "En septiembre de 2003, me había hecho una mamografía, por control, y no había nada de qué preocuparse. A mitad de año, vuelvo al ginecólogo y me dice 'no podemos esperar más, vamos a hacer una nueva mamografía'. Cuando hago la nueva mamografía, las cosas no salen bien. Hacemos la magnificación, ahí me dice: 'hay que buscar a un especialista en cáncer'".
"Al cáncer la gente le tiene miedo. No lo vamos a negar. Es una enfermedad y la tenemos que llamar por su nombre. El cáncer es tratable y, tomado a tiempo, curable. A veces, algunos te miran como diciendo ‘uy, pobre mujer' y yo no tengo problema en decir 'tuve cáncer' porque lo tomo con naturalidad", confesó Liliana.
Fue en ese momento en el que le envió un mensaje a aquellas personas que hoy luchan contra el cáncer o cualquier otra enfermedad que los hace luchar por sus vidas: "No pienses lo peor. Esa es la cuestión y la base de todo. No hay que preocuparse, hay que ocuparse".
"Te cambia la cabeza, te cambia la forma de ver las cosas y te cambia la forma de valorar las cosas. Pequeños momentos de tu vida, que antes no valorabas, los aprendes a valorar: jugar con un sobrino, encontrarte con un amigo o tomar un café con alguien. Cada pequeño momento se hace grande", finalizó.