Lizy Tagliani: “Estoy cumpliendo todos mis sueños. Incluso, en el amor” – Revista Paparazzi

Lizy Tagliani: “Estoy cumpliendo todos mis sueños. Incluso, en el amor”

En su mejor momento, la conductora toca el cielo con las manos del éxito. Figura popular consagrada, avanza con su relación amorosa, en breve se vendría la convivencia formal… ¿Se casará?
TEVE
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¿Es la mujer éxito? ¡Sin duda lo es! Todo en su presente lo es. Presente que construyó a base de esfuerzo, constancia y superando la desdicha. Tal vez ahí reside uno de los grandes secretos de Lizy Tagliani (49). Tal vez ahí está el motivo que la lleva a valorar cada paso en su vida, haberse convertido en una referente carismática y hoy ser una de las más queridas figuras populares.

No es casualidad que la ex coiffeur gane a diario la “batalla” del rating bajo la conducción de El precio justo, su programa en los mediodías de Telefe. Y que la obra que encabeza, Los bonobos, en el teatro Lola Membrives, siempre se dé a sala llena.

Todo lo hace con la misma dedicación y ganas de superación y disfrute con las que enfrentó una dura infancia de necesidades y lucha junto a su madre, en su Chaco natal. Con las que superó los prejuicios y condicionamientos que le impuso la sociedad durante su adolescencia y despertar sexual. Y con la valentía con la que buscó su propio camino, se abrió puertas y hoy disfruta de un gran presente a puro éxito. Éxito que excede lo laboral e invade el motor más importante que hoy tiene la vida de la humorista: el amor.

Conocerte fue un disparo al corazón… En días donde la visita de Ricky Martin al país aún se hace escuchar, la relación de Tagliani con su novio, Leo Alturria, se afianza a pasos agigantados. El romance, que comenzó el año pasado y que al poco tiempo de “blanquearse” en los medios sufrió un brevísimo impasse, hoy está más sólido que nunca, y eso a Lizy la tiene feliz de la vida.

Incluso este romance pudo superar las críticas de propios y extraños e incluyó el enojo de la conductora. “Dan por ciertas muchas cosas que no son. No podés juzgar a alguien porque va a programas a jugar y a divertirse. Así lo conocí yo, porque lo miraba y me calentaba”, reconoció.

“A mí me gusta que él esté en los medios, no tiene nada de malo si se convierte en famoso. No me molesta mostrarlo. ¿Qué me va a sacar? Con que me dé felicidad es suficiente. No quiero sufrir, me hace mal, me lastima mucho”, supo sincerarse sobre la polémica que se desató al comienzo de la relación con el encargado de edificios, sobre si se había acercado a ella por interés y en búsqueda de cámara, después de conocerse que participó de distintos programas de tevé.

¡Tal para cual! Sin duda, entre la actriz y Alturria hay muchos puntos en común, entre ellos las ganas de divertirse y las risas compartidas –como lo hacen debajo del agua, los fines de semana de calor, en la casa que ella adquirió en un conocido country– y el deseo de acompañarse día y noche y eso hace que la química crezca día a día.

“Leo tiene una calidez humana muy grande y es muy querido por todo el mundo. Me di cuenta de que era increíble cuando salía para la radio –era parte del programa de Santiago del Moro, en la Pop– a las seis de la mañana y todos me decían: cuidalo a Leo que es lo más lindo que hay. Que la gente de su barrio me diga eso, me encantó. Me gusta mucho que le tengan ese amor”, confió la diva del pueblo.

Paso a paso. Con un pie adentro en la convivencia, si bien todavía la pareja no tiene un plan formal de vivir bajo el mismo techo, la posibilidad concreta parece estar cada vez más cerquita. Porque Tagliani y Leo ya no quieren pasar tiempo distanciados y las noches son un gran momento de encuentro. Y si bien tienen la posibilidad de compartir en la casa de ambos, la mayoría de las veces lo hacen en la casa de él, en Capital Federal.

Alturria no quiere estar lejos de su puesto de trabajo porque a las siete de la mañana empieza a baldear la vereda y quiere estar por si sus vecinos necesitan algo. “Todavía no pensamos en la convivencia hecha y derecha porque él tiene su casa en el trabajo y todos los días tiene que salir a la mañana temprano y acomodar el edificio hasta el mediodía”, compartió la cabeza de compañía. “Él podría venir a mi casa, pero le gusta estar ahí por si pasa algo, por si un vecino se queda afuera o lo que sea…”, sumó.

¿Serán felices, comerán perdices? “Dios quiera que todo siga bien entre nosotros. No tengo nada de miedo. No me hago muchas preguntas, solo disfruto con todo. Me gusta pensar que esto va a ser para siempre”, reconoció, sensibilizada. “Pero no creo que me case. Soy medio pudorosa para eso, me da vergüenza. No me gusta la idea de que estén todos aplaudiendo, que digan ‘¡que la bese, que la bese!’”. Se case o no, lo importante es que Lizy está feliz… ¡y se nota!

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