La guerra mediática y personal entre Ángel de Brito y Jorge Rial se desató hace muchos años atrás, pero pareciera ser que cada semana se agrega un nuevo capitulo a esta rivalidad que no busca la paz ni un fin.
En las últimas horas, ambos conductores fueron los protagonistas de un picante ida y vuelta -el cual se llevó a cabo entre las redes sociales y la televisión- en donde el exlíder de Intrusos acusó a la pantalla chica y al presentador de Los Ángeles de la Mañana de ser “un picador de carne” y de obligar a exponer por demás los dramas personales de Karina La Princesita.
Claramente, de Brito no se quedó callado y en un espacio dentro de su programa apuntó duramente contra su enemigo: "¿Rial hablando de picadora de carne? ¿¡Rial!? La verdad es que no se le cae la cara. Nunca vi a alguien tan caradura".
No obstante, aunque Ángel cuenta la ventaja de tener minutos al aire, cosa que Jorge no tras haber dado de baja su ciclo TV Nostra por el poco rating que presentaba, el papá de Morena aprovechó su espacio en Instagram y habilito el bloque de preguntas para que sus seguidores saldaran sus dudas.
Dentro de aquellas consultas, un seguidor le apuntó: “¿Qué pensás de Ángel de Brito que te critica siempre en su programa?” A lo que, súper filoso, el periodista respondió desde su lado más egocéntrico: “¿¿En serio?? De acá arriba no se escucha”.
Ante esto, el conductor de LAM no se quedó callado y replicó aquella respuesta en su cuenta de Twitter pero agregó una foto de Beatriz Salomón sonriente, y durísimo, escribió: “Desde arriba no se escuchará, pero desde arriba se ve todo”.
Y es que si existe una enorme mancha en la carrera de Jorge Rial es la que está ligada a la cámara oculta que le realizó al cirujano Alberto Ferriols, la expareja de Beatriz Salomón, cuando lo grabó a escondidas pidiéndole sexo a una chica trans a cambio de una cirugía.
Cabe recordar, que la actriz descubrió la infidelidad del papá de sus hijas en pleno vivo de Intrusos en la noche y aquella situación no solo fue repudiada por todos los espectadores, sino que también derivó en una terrible batalla legal.
¡Durísimo!