De fondo árboles, montañas, verde puro, plantaciones, el cielo diáfano. De fondo, el paraíso. De frente, en cambio, el infierno. O el infernal hervor incandescente de la sartén donde se estaban cocinando papas, aceite de oliva, huevos, salsas y algunas verduras. En el medio, entre el cielo y el infierno, Carlos Arguiñano disfrutando del paisaje y metiendo mano a la preparación culinaria. Y también la fallecida reina Isabel y el entronizado rey Carlos III de Inglaterra, alcanzados sorpresivamente por sus llamativos comentarios.
Arguiñano, quien ha disfrutado de su cuarto de hora en la televisión argentina, trabaja ahora para un canal español, su país. Y mientras cortaba papas en daditos, también pasaba la cuchilla por la memoria de la reina y por el presente y el futuro del rey inglés. Siempre con ese tono inconfundible que llevan por todo el mundo los que nacieron en la madre patria.
"Y que me decís de la Reina de Inglaterra" preguntó el famoso cheff mientras le daba y le daba a las papitas, que ya estaban peladas y pasadas por agua. "Que me decís, eh... que ha viajado más de muerta que nosotros de vacaciones, eh...", un chiste que inmediatamente se viralizó y que horrorizó a la gente de los cinco continentes.
Sin embargo, no fue lo único que dijo. "La han movido bien eh... a la abuela, joder... Estará... estará quejosa. Es que a veces te meten en unos menos, ¿verdad". Todas las papitas cortadas parejitas y prolijas fueron a parar a la sarten para ser revueltas. Igual que la imagen de los integrantes de la monarquía británica y la capacidad de asombro de la gente que estaba mirando en ese preciso instante.
Después, Arguiñano se olvidó de la reina y se ocupó de la figura del rey Carlos III, quien quedó a cargo del palacio de Buckingham. "Y cómo estará mi tocayo, Carlos... Qué nervios, a esta edad pa trabajar. Este que no ha hecho más que cazar zorros y andar de.... Este no ha estado vendimiando, eh..."
Sobre el final, dejó un mensaje con un incolutable sentido social. "Aquí si va a haber que vendimiar. Aquí no vendrá: ¡Aquí hay que trabajar! Esta es la otra cosa. ¡Qué cosa eh que naces en la casa real y rey para siempre! Es curioso, y nosotros a trabajar siempre. Uno siempre rey y otro siempre a currar. Bueno, que a nosotros nos ha tocado lo de currar. Pues venga, ¡A currar!", disparó Arguiñano, que seguía con las papas y no había tocado los huevos, pero ya los tenía al plato.