Una de las jugadoras más inteligentes y letales en Gran Hermano es Coti, quien parecía una muchacha tranquila y con poco para decir, que solamente sería recordada por su relación con Conejo, pero de la noche a la mañana se ganó el odio y el cariño de todos los televidentes.
Como se convirtió en la nueva celebridad de la casa más famosa de la Argentina, los padre de la competidora fueron invitados al programa de Georgina Barbarossa, en donde dieron detalles de su hija. Además, opinaron sobre el romance de la joven con el cordobés.
“Nosotros estamos hinchados de orgullo. Constanza es traviesa, ella antes de entrar se vio todos los Gran Hermano, hizo la tarea, y es muy inteligente. ¡Así que no sé con qué se puede salir! Igual a nosotros nos sorprendió que hiciera la espontanea, no sé qué se le puede cruzar por la cabeza de acá en adelante”, comenzaron.
Y agregaron: “Ella es muy amiguera, tiene muchos amigos. Y en cuanto a lo del rosario, sí somos creyentes, nosotros también lo usamos. Yo me imagino que ahora los que salgan por ahí a alguno no le gusta lo que hizo, pero hay que entender que es un juego”.
Para cerrar, los padres de la participante hablaron sobre la relación con Conejo: “No sabemos si es estrategia o no, pero creo que algo hay. Ella es inteligente y se da cuenta de la gente que quiere estar con ella o no. Además necesita de alguien en quién confiar y seguro se siente contenida con él”.
Justamente sobre su "novio", Coti tuvo una charla íntima con Julieta, en donde realizó una esperada confesión. “Ay, ¿no te dan ganas de cog...?”, Poggio le consultó, sincera, a tres semanas de aislamiento, a lo que la rubia le respondió que sí. “LPM. Hacelo, ya fue. ¿Lo hiciste?”, quiso saber, y la rubia le dio a entender que ya había tenido sexo con su chico.
A pesar de las limitaciones que impone el reality por las cámaras y los micrófonos, Coti reveló: “Sin hacer ruido, en una cosa que no me suele gustar, muy quietitos, con las cámaras y todo, igual lo logró”. “¡Ay, te felicito!”, le dijo Juli y las dos se pusieron a dar saltitos de emoción.
