Periodista de oficio, estudio y vocación hace diez años, Luis Gasulla (40) es uno de los comunicadores que despiertan más polémica. Papá de dos hijos, casado y amante de las costumbres de barrio, es parte del equipo radial y televisivo de Martín Liberman y asiduo participante de Polémica en el bar, en las noches de América, donde suele provocar intensos debates con sus opiniones al filo.
“Trato de pasar la mayor cantidad de tiempo con mis hijos, que son mi motor de felicidad, más allá de mi esposa, y, sin dudas, el periodismo es mi vida. Este verano, después del sorpresivo despido que sufrí en Canal 9, con Camila (14), Joaquín (8) y mis afectos nos quedamos en Capital Federal. E hicimos un trato, una suerte de pacto familiar: ellos me acompañan a todos mis compromisos laborales, a Polémica y a hacer mis videos para el portal, y después nos vamos a disfrutar de distintas actividades en familia", arranca.
"Si es de día, andamos en bici, nos vamos hasta el Delta, a la plaza a jugar al fútbol o pasamos tiempo en los videojuegos… Y si es de noche, vamos a comer. Mi hija, que ya es adolescente, es locuaz, la imagino directora de cine… Joaquín es fana de River y sueña con jugar en el Barcelona, como Messi. Aún no lo llevé a la cancha pero tiene una zurda mágica y una pegada formidable. Los dos, insisto, son lo que más amo en el mundo. Se llevan muy bien, les gusta leer y sus historias de imaginación me recuerdan a mi infancia. Mi abuelo fue un destacado novelista y nos metió en la cabeza la lectura y la fantasía, de ahí mi amor por el periodismo”, agrega.
–Sos un papá al que le gusta estar presente…
–Con mi mujer tratamos de protegerlos, pero es imposible evitar algún accidente. Hoy ellos cuestionan y critican cada cosa que digo en la tele. Observan desde una camisa mal planchada a un comentario político. Mi mujer se molesta cuando les presto atención a los comentarios en redes sociales. Un par de veces llegaron a mandar amenazas con la foto de mi hija. ¡Admito que soy calentón! Lo quería ir a buscar… Camila fue un milagro de la vida. El día que nació, primeriza, fue el más feliz de mi vida, y también el más angustiante. Nació hermosa, sana y fuerte pero en la clínica que la atendían la quemaron con una estufa. Es increíble cómo la felicidad puede esfumarse en un instante.
–¿Cómo la quemaron?
–En sala de neonatología, donde llevan a los bebés al nacer para pesarlos, pegaron una estufa que recalentó la cuna de plástico. Durante seis horas no nos daban a nuestra hija, y a la tarde me llama el director de la clínica y me dice: “Tenés que estar feliz, tu hija nació sana pero hubo un problemita…”. Le habían quemado un brazo. Se equivocaron con el diagnóstico, y al mes tuvimos que operarla para hacerle un injerto de piel, milagrosamente no perdió movilidad en el codo. ¡Lloraba noche y día del dolor la nena!
–Hablaste de tu mujer, ¿se enoja mucho por los picantes idas y vueltas que tenés con tus publicaciones en redes?
–Mi mujer, con la que estamos juntos hace quince años, preferiría que tuviera un perfil mucho más bajo y que no entrara en polémicas sobre temas políticamente incorrectos, como el lenguaje inclusivo o investigar casos vinculados con el narcotráfico.
–Hace poco te echaron de Canal 9, ¿qué pasó?
–Me despidieron por teléfono después de tres años de trabajar en esa pantalla. Era parte del programa de Maju Lozano hacía dos años. Supuestamente la dirección del canal se molestó por haber sido invitado a Polémica en el bar, pero mis abogados no descartan un condimento político. Me dejaron en la calle de un día para el otro, sin preaviso. Mis abogados manejan la cuestión legal y demandé al canal por las irregularidades evidentes. Hoy mi objetivo es seguir instalando el portal de noticias que dirijo, Periodismo y punto, seguir en la radio con mi programa y como columnista de Martín Liberman. Y sumarme a un programa importante de tele que está definiéndose a la brevedad. Este año publicaré mi quinto libro, que trata sobre el nuevo gobierno kirchnerista.