Wanda Nara sigue en lo más alto de la palestra pública, porque los coletazos del engaño más visibilizado de los últimos años que cometió su marido Mauro Icardi con la China Suárez continúa latente en el inconsciente colectivo, que desea más pormenores de esa noche de lujuria e infidelidad.
Además, la influencer se las ingenia para generar más contenidos, para avivar el fuego de esa especie de reality que arma hace años de su vida. Ahora le agregó como capítulos todas las desventuras de su estadía en Argentina, con la toma de posesión de esa mansión en Nordelta, que la convirtió en vecina estrecha de Pampita.
Claro que el fenómeno Wanda Nara posee un origen, un punto cero que se remonta varios años atrás. Una época que distaba de las beldades de los millones que la bañan en la actualidad. Una era en la que buscaba construirse como personaje público.
Así llegó una revelación impresionante de Luis Ventura, quien conoce de primera mano esa fascinación y empeño que esgrimió la blonda para trascender en los medios. Sobre todo porque el periodista era director de Paparazzi, la revista que más la impulsó con míticas tapas, como la que hablaba de su “virginidad”.
Luis saltó en Todo a la tarde para recordar un modus operandi algo polémico de Nara, en los primeros días de su vida en Europa, cuando acompañó a Maxi López. El comunicador empezó con su análisis del tema de debate, que se centraba en los millones que recopiló con su línea de cosméticos: “No me extraña en Wanda porque aquí hay una limpieza, un ordenamiento en la manera de presentar los productos, en este caso calzado y carteras”.
Acto seguido, Ventura se lanzó a confesar la estrategia con una pizca de mentira de Wanda: “Pero recuerdo la época en la que ella no tenía tanto dinero, en la que ni siquiera tenía una computadora portátil. Cuando Wanda se va con Maxi López, en sus primeras incursiones se hacía fotografías frente a grandes castillos y palacios haciendo creer que ella vivía ahí”.
“Y mandaba el material para Argentina y las revistas glamorosas lo publicaban como ‘la nueva casa de Wanda Nara’”, deschavó Luis. Todo lo que fuese necesario para que se hablara de ella. Claro que no fue todo, porque Luis agregó: “Y no solo eso, también se fotografiaba con coches de alta gama, y de buenas a primeras salía el dueño del vehículo a decirle ‘señorita me está rayando el auto’. Y ella se hacía la foto y le rayaba el coche, pero no le importaba porque mandaba las fotos para acá y le hacía creer a todo el mundo que tenía el último modelo y no tenía un carajo”.
