Un lazo kilométrico, que se remonta a tiempos inmemoriales y que supieron alimentarlo durante añares. Un binomio granítico, que un día se diluyó y abrió las puertas a un estadío nuevo, el de la confrontación o al menos el de la lejanía certera.
Jorge Rial y Luis Ventura configuraron una dupla explosiva, que sacudió estándares y abrigó éxitos, hasta que en 2014 tomaron caminos separados por una decisión algo polémica del creador de Intrusos. Desde ese punto siempre se especuló sobre una posible reconciliación.
En las últimas horas, Rial aportó indicios de una energía positiva latente entre ellos, dado que en una entrevista con Infobae lanzó concepciones cálidas. “Seguramente nos vamos a amigar. Yo lo quiero mucho a Ventura y él a mí también. No sé si hoy necesitamos estar juntos. Es un tipo al que no voy a dejar de querer nunca”, expresó.
Tras esas declaraciones, Luis tomó la palabra y le respondió en A la tarde, el ciclo de América en el que se desempeña como panelista. En ese hábitat, Ventura ratificó que nunca quiso pelearse y también corroboró que le dolieron algunas actitudes, como dedicarle un capítulo entero en un libro a las internas de su familia.
Lo más llamativo de la alocución del periodista se centró en la descripción de un comportamiento peculiar de Jorge para con su madre. En el afán de recordar todo el conocimiento que posee de Rial, Luis soltó: “A este pibe yo le conseguía trabajos, a este pibe le daba de morfar, el padre se estaba muriendo de un cáncer. La mamá para darle de comer a su único hijo muchas veces no morfaba, esa es la verdad”.
Así, Ventura se sumergió de lleno en ese vínculo de madre e hijo y aportó datos reveladores. “No se si había amor con su mamá. Había días de la madre que la pasábamos a buscar porque la vieja estaba sola, o días de cumpleaños”, exteriorizó.
Y para reconstruir ese accionar peculiar del creador de Intrusos con su progenitora, Luis agregó: “En algunos días significativos la madre me llamaba a mi casa llorando pidiéndome explicaciones, que yo no tenía pero tratando de preservar el cariño que debía tener la madre con un hijo”.