En 2019 varios cambios se hicieron realidad en la vida de Maju Lozano (47). En el verano anunció que la relación con Juan Lagarza daría un paso importante: el casamiento. Pero no sólo eso implicaría volver a apostar a la unión sino que incluiría un cambio total de vida. La conductora de Todas las tardes, por Canal 9, fue transitando el año a sabiendas que el correr de los meses implicaría un paso mas.
Primero, con el hombre con el que volvió a apostar al amor tuvieron que elegir una casa para compartir no sólo ellos sino Joaquín, el hijo de ella, y las dos hijas de su pareja. Después, vino todo el proceso de la mudanza, con todo el típico estrés que eso suele implicar. Luego llegó el tiempo de afianzarse en el nuevo hogar y funcionar como una familia ensamblada. Y, para fines de agosto, la también integrante de El club del Moro (en las mañanas de radio La 100, con Santiago del Moro a la cabeza) y su media naranja se iban a casar en Entre Ríos, provincia de la que ella es oriunda y donde está gran parte de su familia.
Pero dos semanas antes de concretarse la unión civil y festejar con una reunión íntima para los más allegados, la propia Maju anunció en su programa que los planes de boda habían quedado suspendidos. Poco tiempo antes había fallecido la madre de Juan y no era momento de hacer ningún tipo de festejo porque, claro, la vida le había dado un golpe duro a Lagarza. Y, además, a consecuencia de la mudanza y el armado de una casa en común, ambos novios habían tenido muchos gastos. Entonces, definitivamente, el casamiento quedó para más adelante.
Aguas adentro. Y recién después de todo eso, incluso de las fiestas de fin de año y de pasar gran parte de enero en la ciudad porteña, la conductora, su pareja, con quien está comprometida, y los hijos de ambos se hicieron una escapada a Tigre, a modo de mini vacaciones. Amante del río, que le hace recordar su origen, Lozano y los suyos aprovecharon para hacer distintas actividades juntos, disfrutando de la cercanía y accesibilidad que permite el Delta, acompañados por el buen clima.
Claro, una de las cosas a las que más le sacaron el jugo fue al río, en donde no sólo compartieron paseos en lancha sino que también chapotearon de lo lindo, incluso los peques, con protección. Y luego de pasar largos y largos ratos en uno de los brazos del Paraná, elegían secarse y contemplar el paisaje desde asientos en la orilla, apostando a ser testigos oculares y presenciales de cuando el sol se escondiese. "Esta familia me tiene loca de amor", dijo la conductora.
También, Maju y Juan tuvieron sus momentos para mimarse como pareja y posar ante la cámara tan felices y enamorados como los tiene el vínculo que generaron. Pero estos días estuvieron más que nada dedicados a la familia y a compartir entre todos. Días después llegó el tiempo en que la también actriz y su futuro marido se hicieron un viajecito a solas. En moto, sí, en moto, a pesar de la distancia, hicieron Buenos Aires - Colonia, en una escapada bajo el lema de la aventura y las risas compartidas, que los tuvo recorriendo la localidad del país hermano, a pura desconexión y diversión, ya encarando el final del primer mes de 2020.