Una pareja 3.0, que generaba mucha empatía en el público joven, por la simpatía de ambos, sus personalidades extrovertidas y su visibilidad. Malena Narvay y Julián Serrano terminaron su historia de amor, ya hace cinco meses, lo que generó una cimbronazo, por lo inesperado.
Después de un tiempo de silencio, la actriz salió a aclarar que no fue ella la que tomó la iniciativa, pero que después entendió que era lo más saludable: “La verdad que por otros momentos no fue sana y a mí me costó mucho verlo en ese entonces”.
La morocha de 23 años volvió a hablar hoy y aportó novedades respecto a su actualidad, como la mudanza a la casa de los padres, en el barrio de Caballito, donde dice que pudo realizar una introspección y conocerse más.
Estar en la casa paterna me viene ayudando a redescubrirme, alimentar mi sed de crear y despertar los sueños de aquella nena
En una charla con Revista Gente, Malena describió su presente: “Es un ambiente que extrañaba y me viene ayudando a redescubrirme, alimentar mi sed de crear y despertar los sueños de aquella nena. Y me puse a meditar y a practicar yoga. Acá adentro vengo creciendo de golpe, evolucionando. La Malena del año pasado y la de éste son muy distintas”.
No creo que haya vuelta atrás, ya pasó, ahora apunto para adelante
Respecto a si mantiene contacto con Julián, Narvay soltó: “Ando estoy bien, apuntando para adelante y deseándonos lo mejor a ambos. Ya pasó”. Y agregó: “Por ahora no creo que haya vuelta atrás. Hace tiempo que no me siento tan en paz”.
Volví a enamorarme, pero de mí: estoy retomando una relación conmigo misma
En esa reflexión de un tema sensible como una ruptura amorosa, Malena develó que se volvió a enomorar: “Pese a que suene a cliché, hoy lo mío es buscar el amor propio, buscarme a mí como amiga. Volví a enamorarme, pero de mí: estoy retomando una relación conmigo misma. Lo necesitaba. Y ojo, que me cuesta enamorarme”.
No creo que Julián pueda terminar siendo amigo mío
Para terminar, la actriz se refirió a la posibilidad de entablar un lazo ameno con Serrano: “Mmmm. No sé si él terminará siendo amigo mío”.