Las versiones de un enfrentamiento entre Marcelo De Bellis y Darío Lopilato, compañeros de la versión teatral de Casados con hijos, están instaladas hace días. Y ahora Marcelo, en primera persona, rompió el silencio y habló del supuesto conflicto que mantendrían con el hermano de Luisana por ego, un viejo intercambio de palabras y, también, por cachet.
"Me dijeron que hay un conflicto entre vos y Darío, entre Dardo y Coqui Argento...", lo abordó a Marcelo el cronista de Socios del espectáculo, el programa de Rodrigo Lussich y de Adrián Pallares, en las mañanas de El 13, mientras el actor frenaba la marcha de su auto, a la salida de las funciones de la comedia teatral éxito en espectadores y en recaudación, también, incluso sin Erica Rivas.
"Y bueno...qué se yo. No, con Darío somos familia, siempre lo fuimos. Pero bueno, no sé...", fue la primera reacción de De Bellis ante la consulta periodística. "¿Y por qué salen esas versiones?", le consultó el periodista. "Ah no sé...ya me hacés una contra pregunta que me acotás", dijo el artista, quien perdió a su madre del corazón, pocas semanas atrás.
Y, en ese momento, intervino su mujer quien estaba sentado a su lado en el auto y le aportó un dato sobre la interna del vínculo con la familia Lopilato para que Marcelo lo cuente ante la cámara de tevé. "¿Te vas a Canadá, te vas a Canadá?", aportó la pareja de De Bellis. "Bueno si, hoy Beatriz, la mamá de Darío, me ofreció ir a Canada como no conozco...", contó Marcelo, sobre la propuesta de la también madre de Luisana.
"Mi hijo juega con los juguetes de los hijos de Lu. Mi nene le dice tío a Darío. somos familia. Nunca pasó nada, jamás", sostuvo De Bellis, categórico en su definición en la nota periodística., luego de, también, hacer un posteo en su cuenta oficial de Instagram donde aseguró que con Lopilato mantienen un muy buen vínculo tanto arriba como abajo del escenario.
"Entre Darío y yo no hay problemas de ego, de guita ni de nada. Estamos disfrutando. Seríamos dos pelotudos si hacemos eso, chau", cerró Marcelo, y emprendió la marcha de su cuatro ruedas para irse del Gran Rex y perderse por la Avenida Corrientes, en pleno centro porteño, rumbo a disfrutar de una cena en familia y descansar para continuar con las funciones de la comedia éxito, al día siguiente.