Marcelo Iripino tiene una trayectoria de más de 30 años en distintos espectáculos y hoy continúa trabajando enfocado en la multipremiada obra Bien Argentino. No obstante, este momento se da luego de haberla pasado muy mal en Miami.
En diálogo con diferentes medios, el coreógrafo Marcelo Iripino contó cómo fue la decisión que tomó junto a su pareja, Marcelo Frezzia, de irse a vivir a Miami, lejos de la familia, los afectos y las raíces, todos aspectos que motivaron la vuelta.
“Con mi pareja nos fuimos del país para experimentar cómo era hacer otra vida, completamente diferente. No es que me fui ni enojado ni con reproches, sino que dijimos: ‘Vamos a intentar vivir otra vida en otro lugar’, porque estamos vivos y tenemos la posibilidad de hacerlo”, contó.
No obstante, Marcelo Iripino explicó que la vida no fue para nada fácil durante el tiempo que pasaron en Miami, por lo que, finalmente, decidieron regresar a la Argentina, para reencontrarse con los suyos.
“Estando allá, nos dimos cuenta de que nuestro corazón estaba acá, que extrañábamos el país, las costumbres, la gente, la familia”, contó Marcelo Iripino, quien, además, sorprendió al revelar que había sufrido una depresión muy grande.
“Estuvo bueno haberlo hecho porque no nos quedamos con la duda de qué hubiera pasado, pero yo no la pasé bien. Caí en una depresión muy grande. Me tuvieron que medicar”, confesó el coreógrafo.
Asimismo, contó que Susana Giménez, con quien mantiene una gran relación, lo había asesorado al momento de abrir las valijas para marcharse del país a probar suerte. Con la Diva había arrancado a trabajar Marcelo Iripino, en el recordado “Hola, Susana”.
“Susana me dio muchos consejos y me ofreció su ayuda. Ella fue una de las primeras que se enteró y estaba fascinada. Me dijo: ‘Qué bueno por ustedes’. Ella conoce mucho de mi vida y siempre tuvo conmigo una actitud maravillosa”, contó.