Marcelo Polino siempre quiso ser famoso y cuando llegó a Buenos Aires, de su Tres Arroyos natal, lo logró. Claro que no fue de un día para el otro, sino que atravesó las duras pruebas que le fue poniendo la vida hasta alcanzarlo. Y fue en el programa Divina comida que contó parte de su historia y logró conmover a los demás comensales relatando los momentos más duros que le tocó atravesar.
“Yo vengo muy de abajo, soy del interior y cuando vine a Buenos Aires no tenía ni para comer prácticamente. Dormí en las plazas mucho tiempo”, dijo mientras Silvina Escudero y José María Muscari incrédulos preguntaron al unísono: “¿Dormías en las plazas?”.
”En algunos momentos tuve que dormir en las plazas porque no tenía donde dormir. Vine a vivir a la casa de mis padrinos, que apenas me conocían porque eran de Capital, y al año me invitaron a que me retirara, como correspondía. Tenía 17 años”, agregó el ácido jurado del Bailando ante la atenta mirada también del cantante CAE y la modelo Pía Slapka.
Entonces, Polino amplió el relato con el que conmovió a todos. “No me quería volver, una vez que pisás Buenos Aires no te querés volver…”, explicó. “Yo sabía lo que quería, quería ser famoso y logré todo lo que quería”, agregó.
CAMINO A LA FAMA
Sus primeros pasos fueron como mago. “Trabajaba de cadete y caminando por Avenida Corrientes vi tres trucos de mago, lo compré y empecé a trabajar animando cumpleaños”, explicó.
“Después fui a una prueba en la que Pipo Pescador buscaba magos. Llegué y había gente con valijas, con galeras…¡Y me eligió a mí!”, contó. “Un día Pipo me dijo que me eligió porque soy muy carismático y angelado”, detalló el polémico jurado del Bailando por un sueño.
Lo que vino después es historia conocida. Se enamoró de Carmela, la hija de Pipo, y se fue con ella a España. Cuando regresó, el trabajo en una editorial le abrió la gran puerta al espectáculo.
"Cuando me vine a la Argentina no tenía trabajo, y una amiga me ofreció que limpiara las oficinas de la revista Tal cual. Después de limpiar, me quedaba leyendo las revistas, hasta que un día un redactor me dijo de salir a hacer una nota un domingo. Obvio que fui. De ahí pasé a radio Mitre, después a la tele con Lucho Avilés y nunca paré”, concluyó.