¿Qué es lo mejor que puede quedar “del amor, después del amor”, como cantaba Fito Páez? Tal vez, el apoyo y la contención en los peores momentos. Y también la risa, como un bálsamo, como una vía para superar lo más doloroso.
Más, cuando hay dos hijas de por medio y un pasado juntos, como es lo que une a Marcelo Tinelli con Soledad Aquino, que hace unas semanas fue internada de urgencia en La Trinidad de Palermo por una infección digestiva y úlcera de duodeno, complicada por una cirrosis hepática, por la que debieron practicarle una endoscopía.
Los días pasan y el estado de Aquino sigue delicado. Mientras, los médicos intentan dar con el medicamento indicado para que la mamá de Mica y Cande salga adelante, y Tinelli, hace todo lo posible para estar presente junto a sus hijas, acompañándolas en la clínica, llevando su buen humor.
Así lo dijo en un móvil con LAM, donde contó cómo avanza el cuadro de Aquino y cómo hizo para hacerla reír en una de sus visitas junto a Guillermina Valdés.
“Anoche estuvimos y fue un momento muy gracioso porque me hago el que canto y ella me dice que no puedo cantar nada, me pega unos gastes impresionantes”, dijo Marcelo.
“Me hago el que canto y ella me dice que no puedo cantar nada, me pega unos gastes impresionantes”.
“Le cantaba y nombraba a todos los cantantes que sé que no le gustan, los que para mí son los más grosos y ella me dice que son una grasada, como José Luis Perales, Manolo Galván, Julio Iglesias, Nino Bravo…”, contó.
Y agregó: “Hasta que llegó Coti y dijo ´énseñále a él quienes son los buenos cantantes´. Terminé cantando unas canciones impresionantes de Camilo Sesto. Se rieron mucho y fue un momento muy divertido”.
Además de apelar a la música, el empresario agregó que para animar la sala de terapia intensiva recordaron sus épocas de looks más polémicos, como aquellas en las que se ponía “medias blancas y remeritas blancas debajo de la camisa”.